“Manejar ebrios es un atentado contra la vida”

Los accidentes ocasionados por conductores ebrios aumentan en diciembre; hay estadísticas que lo corroboran. Lo que no se contabiliza es la destrucción de las familias de las víctimas de estos choferes irresponsables. Una de ellas, además de luchar para que se haga justicia, se ha convertido en una activista en contra de los borrachos al volante.

“De repente oímos un golpe. Vi tierra, el cielo, asfalto y tierra de nuevo. Cuando dejamos de girar, en lo primero que pensé fue en buscar a mi mamá, pero no la encontré”.

Carmen Paz Muñoz ha perdido la fortaleza con la cual nos hablaba sobre la Campaña contra conductores ebrios que lidera desde hace tres años. La embarga el llanto en el instante que recuerda la tragedia que devastó a su familia aquel 1o. de noviembre de 2011.

“Estaba gritando, trataba de encontrar a mi mamá. Ella tenía 69 años y yo 28. Acababan de chocarnos y trataba de salir del carro. Mi sobrina se encargó de buscar a mi hermana; ambas viajaban en el asiento trasero. Mientras tanto, yo continuaba gritando por mi mamá. La busqué por todos lados hasta que la vi en la calle, acostada detrás del carro. Corrí hacia ella y le dije que no me dejara, que yo me haría cargo de mi hermana y mis sobrinos, pero no me pudo responder. Trataba de hacerlo, pero no pudo”.

La camioneta familiar en la que viajaban Carmen, su madre, su hermana y su sobrina fue embestida por el automóvil manejado por un hombre borracho de 28 años de edad. Ellas se dirigían al cementerio a visitar el sepulcro de su abuelo y luego planeaban viajar a Santa Lucía Cotzumalguapa. A las 9:30 de la mañana llegaron al kilómetro 49.5 de la carretera Palín-Escuintla y sus vidas cambiaron para siempre.

“Estudiaba zootecnia en la universidad. Pero a raíz del accidente tuve que abandonarla porque me costaba mucho aprender. Me golpeé la cabeza muy fuerte y aún tengo intensas migrañas”, explica. “Esa mañana, mi sobrina encontró a mi hermana y llegaron muchas personas que querían ayudarnos. Les pedía a gritos que detuvieran al que nos había chocado y me dijeron que estaba muy borracho y no se podía mover. Mi mamá era una mujer increíble y falleció sin poderme decir nada. No podía permitir que su muerte quedara impune, así que comencé el proceso para pedir justicia, lo cual fue un verdadero calvario”.

La situación de la familia Paz Muñoz se multiplica más de mil veces cada año. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se registraron 3,796 accidentes de tránsito en 2013 y 739 muertes por la misma causa. De estos accidentes, 794 fueron causados por conductores en estado de ebriedad. La tasa de accidentes desde 2004 hasta 2013 aumentó un 47.7 %. A su vez, El Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil (PNC) reporta 6,326 accidentes en 2013 y de estos, 822 fueron causados por conductores alcoholizados.

“Hasta que nos pasó a nosotros entendimos el dolor que siente una familia en una situación así. Dos años después se realizó el juicio penal y reconocieron al conductor como culpable. Su condena por homicidio culposo solo duró tres años y salió libre bajo fianza. Me quedé sola en los procesos; nadie quería ayudarme y entre las cosas que encontré hay corrupción y negligencias. Aún estamos en el juicio civil”.

“Siento que ya no hay humanidad, porque todo lo pueden arreglar con dinero y no hay sanciones graves para los culpables. Por eso decidimos hacer la Campaña contra conductores ebrios. Hicimos muchas publicaciones en Internet recordándole a la gente lo que puede ocasionar la irresponsabilidad, pero nos dimos cuenta de que la publicidad no llegaba adonde queríamos, porque es un tema que se toma como un chiste. Así que cada vez que vemos un carro chocado en la calle ponemos una manta sobre él para que, al llevárselo la grúa, la gente lo vea y se impacte. Mi esposo, Steve Tepete, me ayuda en la campaña. Él tiene un servicio de grúas y fue así como nos conocimos. El llevó el carro destruido al juzgado en una de las audiencias y por su trabajo ha visto accidentes de toda clase”. Steve asegura que de los aproximadamente 20 accidentes que asiste al mes, 15 son responsabilidad de conductores intoxicados.

“Para mí todavía es muy doloroso”, continúa Carmen. “Mi mamá era mi vida. Me levanté a su lado en la mañana y jamás pude volver a verla. Si mi historia puede ayudar a que la gente haga conciencia, para mí es lo mejor que puede pasar, porque es terrible la irresponsabilidad en el tránsito”.

La madre de Carmen fue una de las víctimas de quienes conducen ebrios. Según las estadísticas del INE, los accidentes aumentan en Semana Santa y Navidad, por lo que varias organizaciones se han formado para actuar sobre el problema.

“Manejar así no es una moda, es un atentado contra la vida. Mi mamá falleció a raíz de una persona que iba en estado de ebriedad y es algo que no le deseo a nadie”. Carmen recuerda el día en que fueron a recoger el auto chocado al predio en Escuintla para venderlo como chatarra. Lo único que quedaba en su interior era el ramo de flores que jamás llegó al sepulcro de su abuelo.

Si bebe, no maneje
Varias organizaciones han surgido para advertir del peligro de beber y conducir. Conózcalas.

Acción Mago Murga
www.facebook.com/accionmagomurga

Campaña Contra Conductores Ebrios
Facebook: Campaña contra Conductores Ebrios

Jóvenes por la Educación Vial (Jovial)
www.facebook.com/jovialguatemala

APASIT Guatemala
Facebook: APASIT Guatemala

 
Publicado el 14 de diciembre de 2014 en www.s21.com.gt por Byron Quiñonez
http://www.s21.com.gt/accidentes/2014/12/14/umanejar-ebrios-atentado-contra-vida

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *