Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), una tasa mayor a 10 homicidios por cada cien mil habitantes se considera una epidemia. De acuerdo con el Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014 elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), esta situación se registra en 11 de los 18 países latinoamericanos objeto estudio.
El documento, que será presentado hoy de manera oficial al presidente Otto Pérez Molina, revela que este indicador, que tradicionalmente ha sido alto en la región, creció de manera significativa en la última década, contrario a otros países del resto del mundo.
Mientras a nivel mundial la tasa de homicidios es negativa de cero por ciento a -50 por ciento, en América Latina aumentó al 12 por ciento de 2000 a 2010.Esta evolución del homicidio permitió dividir a los países en dos grupos: los de niveles altos y los de niveles bajos de muertes violentas.
El PNUD ubicó en el primer grupo a Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Venezuela. En estas naciones las tasas son superiores a los diez homicidios por cada 100 mil habitantes.
El segundo bloque está integrado por Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Perú y Uruguay. Pero el estudio también refirió, que países con tasas altas que pasaron por guerras civiles o severas crisis de seguridad, han reducido estas estadísticas casi a la mitad. Tal es el caso de Colombia. Guatemala y El Salvador también registraron caídas sustanciales.
¿A quiénes matan?
Esta investigación revela que los jóvenes constituyen el grupo más afectado por la criminalidad y la violencia, a la vez, son los responsables más comunes de la violencia intencional y la comisión de delitos. Así como en el resto del mundo, los jóvenes en América Latina presentan una tasa de homicidios superior al promedio del resto de pobladores.
El PNUD explicó que la tasa de homicidios de jóvenes latinoamericanos es más del doble de la tasa para toda la población (alrededor del 70 por cada 100 mil jóvenes). Cinco países de esta zona poseen los indicadores más altos del mundo: El Salvador (92.3), Colombia (73.4), Venezuela (64.2), Guatemala (55.4) y Brasil (51.6).
Asimismo, este trabajo evidenció que 17 países de América Latina se encuentran entre los 27 con más violencia hacia ese grupo erario.
La delincuencia organizada es otro tema que abordó este estudio. De nuevo, Guatemala aparece entre los países (Honduras, El Salvador, Colombia y Brasil), en donde esta amenaza tiene repercusiones importantes en las espirales de violencia homicida.
Habla del informe
Mauricio López Bonilla, ministro de Gobernación, consideró que el informe es valioso desde el punto de vista contextual, ya que permite hacer una aproximación mucho más amplia y definida de todas las facetas de la violencia y el fenómeno criminal. Esto es importante al momento de unificar criterios sobre la forma como debe abordarse el problema.
Además tiene una serie de metodologías y análisis que ayudan a verificar parámetros que contribuyan a la toma de decisiones en políticas públicas. “Nos hace ver que lo que hemos planteado como agenda de Gobierno en el Plan Estratégico de Seguridad, es coherente con la visión de este informe”, dijo.
El funcionario consideró como déficit de este estudio, la falta de estadísticas actualizadas.
Causas de la criminalidad
> Las mejoras económicas de la región son condiciones necesarias, pero no suficientes para contener el delito. > Variables como pobreza, desigualdad y desempleo no explican por sí mismas la intensidad y la dinámica del delito.
> La unidad de estas variables, así como el aumento de las expectativas de consumo, combinadas con la falta de movilidad social, incrementa los factores de riesgo e incentiva, sobre todo, el delito aspiracional.
> Las transformaciones en la comunidad por el crecimiento urbano acelerado y desordenado, los cambios en la estructura familiar y fallas en el sistema escolar generan condiciones que inciden en la criminalidad.
> Porte de armas de fuego, consumo de alcohol y tráfico de drogas facilitan e impulsan el delito.
> Las capacidades de los Estados no han sido suficientes para enfrentar el desafío de la inseguridad.
2 mil 757 víctimas
de extorsión se registraron en el país en 2011. La cifra se quintuplicó en 10 años. En 2000 se registraron 564 casos
Publicado el 20 de enero de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Claudia Méndez Villaseñor http://elperiodico.com.gt/es/20140120/pais/241209/
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