Ramón Parellada
La Ministra de Finanzas sigue solicitando préstamos para cubrir el deficitario, inflado e irreal presupuesto de la nación, y el Congreso de la República continúa aprobando préstamos para paliar los agujeros causados por el excesivo gasto gubernamental. Nadie parece preocuparse por recortar los gastos. La irresponsabilidad fiscal es máxima.Mientras tanto, el Ministro de Gobernación, avalado por el Presidente de la República, ha tenido la idea de crear un nuevo impuesto a la Seguridad. Me ha parecido una pésima idea, pero creo que están hablando en serio. No saben todavía cómo lo implementarán, pero están estudiándolo junto al Ministerio de Finanzas.
En el proyecto original del presupuesto para 2014, lo destinado para Defensa y Orden Público y Seguridad era el 12.75% del total de ingresos. Si solo tomamos lo que se destinaba al Orden Público y Seguridad, estamos hablando de un 10.4%. Esto es así porque el papel del Gobierno se ha alejado de su función prioritaria que es precisamente la Seguridad y Justicia. El resto se ha destinado a otros menesteres que son menos prioritarios que la seguridad y justicia, actividades que pueden realizar los ciudadanos sin necesidad del Gobierno.
¿Por qué se dedica tanto a cosas menos prioritarias que a la Seguridad y Justicia? Porque durante mucho tiempo las ideas keynesianas y socialistas han dominado nuestros gobiernos. No tenemos ni hemos tenido gobiernos capitalistas como se cansan de decir mis amigos socialistas. Un gobierno verdaderamente liberal se dedicaría a Seguridad y Justicia y nada más. La Educación, Salud y todos los gastos sociales, que hasta ahora son sistemas totalmente fallidos y seguirán siendo un verdadero desastre en manos estatales, son mejor suministrados por la ciudadanía en forma privada. La seguridad y justicia pueden ser suministradas parcialmente también en forma privada, y de hecho así lo es hoy en día, pues hay más agentes privados de seguridad que todos los elementos juntos de la policía Nacional Civil. Y muchos asuntos entre empresas y personas pueden resolverse mediante arbitrajes privados. El hecho de que las empresas paguen arbitrajes y seguridad privada ya implica un costo extraordinario de tener gobierno, digamos un impuesto, debido a la ineficiencia del Gobierno.
Algunos economistas que han llegado al Gobierno creen que la función del Estado es la de brindar salud, educación y ayudas sociales. No explican por qué estos sistemas son fallidos, solo insisten en que se deben cobrar más impuestos para redistribuirlos de esa forma. Además, los políticos temerosos de los votantes quieren quedar bien con esas masas sindicalizadas de maestros y empleados de salud que presionan para que los sistemas se mantengan como están, burocratizados y poco funcionales. Los cambios no son bien recibidos y mucho menos la eliminación de muchas de estas entidades.
Cuando se habla de despilfarro y corrupción, basta mirar al Gobierno. Mientras más grande sea el presupuesto, mayor el despilfarro y la corrupción. Este país ha crecido como diría en su programa radial Onda Cero, el destacado economista Carlos Rodríguez Braun “a pesar del Gobierno” y no gracias al mismo.
Si bien esto de eliminar todos los demás gastos que no sean Justicia y Seguridad suena utópico, sí es posible recortar muchos gastos que dentro del resto de rubros en los que el Gobierno gasta no son para nada prioritarios. Esto permitiría reasignar los escasos recursos hacia la Seguridad y Justicia sin necesidad de pedir más impuestos a los tributarios. Alguien me decía que sería un impuesto extraordinario y temporal pero eso es una falacia, no existen impuestos temporales, ya que al final paran convirtiéndose, con otros nombres, en permanentes.
Publicado el 29 de mayo de 2014 en www.s21.com.gt http://www.s21.com.gt/hacia-libertad/2014/05/29/impuesto-seguridad
No Responses