Historia ¿sin fin?

notascuxg_ago_02¿Hemos visto morir a una persona querida en un hospital público? Minutos antes la rodean con un biombo desvencijado para abstraerla del bullicio y de las miradas incautas. Enfrenta a la muerte en aparente soledad, sin testigos ajenos que interrumpan su viaje definitivo. 

¿Hemos visto las filas eternas de pacientes demolidos? Enfermedades aplazadas para el mes siguiente, o para el próximo. O para siempre. Rostros desfigurados, huesos desquebrajados, articulaciones hendidas de dolor. ¿Cuántos mueren en el intento?

¿Hemos sufrido la imagen de un padre con su niño amarrado a la espalda porque tuvo que caminar medio día para llevarlo al próximo centro de atención? Durante un camino lluvioso, el hijo murió.

¿Hemos contemplado la fotografía de cinco recién nacidos compartiendo la misma cuna enclenque? Compartiendo también un futuro sombrío desde entonces.

¿Hemos sabido de jóvenes practicantes que se ven obligados a suministrar respiración manual durante horas? Héroes anónimos que para ser médicos, acá tienen que enfrentar las más burdas carencias. Como escoger a quién le suministran los pocos medicamentos que quedan, por ejemplo.

Todos vimos los anaqueles vacíos de alimentos. Las lavadoras rotas. Los elevadores averiados. Peor aún, ¡el vacío abismal de la prevención!

Un viernes en la noche en un hospital público es dar el paso al infierno. Cantidad de jóvenes heridos, literalmente rendidos en el piso. Pozas de sangre, llantos. Caos.

¿Sabemos cómo parientes de pacientes de hospitales públicos, mendigan en la puerta para comprar insumos básicos? Jeringas, mascarillas, antibióticos. O para pagar el taxi y llevarlos a tomar exámenes a un sitio privado.

¿Sabemos de la mayoría de puestos de salud rurales abandonados? Son cientos de bastimentos vacíos, sin implementos, no digamos doctor.

¿Sabemos de centros de salud menoscabados? Incapaces de atender lo elemental para descongestionar hospitales.

Y peor aún, ¿sabemos de los millones de niños sin vacunas? ¿O de la devastadora situación alimentaria que mantiene en desnutrición crónica a la mitad de la niñez menor de cinco años?

¿Historia sin fin?

Lucrecia Hernández Mack, nueva ministra de Salud, enfrenta al monstruo de mil cabezas para recuperar “lo público”. Acompañarla es nuestro deber porque su compromiso y capacidad son indiscutibles. Es una oportunidad de oro para demostrar que con buena  gente a la cabeza, podemos salir adelante y poner punto definitivo a una historia tan cruel.

Publicado por www.elperiodico.com.gt el 03 de Agosto 2016 por Anabella Giracca.
http://elperiodico.com.gt/2016/08/03/opinion/historia-sin-fin/

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.