Después de la caída del gobierno del Partido Patriota, la anulación de Lider, los procesos iniciados contra jefes de jefes y las audiencias maratónicas del juez Miguel Ángel Gálvez, es increíble, pero hay corruptos guatemalensis que oyen el trueno y no se arrodillan.
Lo vimos con el escándalo de los trompos, que reveló la periodista Wendy del Cid, de Soy502.
Unos inconscientes del Ministerio de Cultura y Deportes se gastaron 89 mil quetzales en juguetes sobrevalorados. Compraron cinco mil trompos a casi 18 quetzales cada uno, cuando en el mercado no valen ni cinco.
Hace apenas una semana que el ministro José Luis Chea anuló ese negocio y despidió a los responsables y ya hay otro caso para jalarse el pelo.
Una vez más, la clica de dirigentes deportivos está aprovechándose de los fondos asignados para el desarrollo de los atletas. Como era de esperarse –ya que se les ve por las playas de Montecarlo o las emblemáticas ruinas de Grecia, en las costas australes de Chile o en los paraísos de Tailandia– no podían dejar pasar una ocasión como las Olimpiadas de Río de Janeiro sin despacharse con la cuchara grande.
A Brasil van tres directivos del Comité Olímpico Guatemalteco y un séquito de once personas que incluye hasta a la asesora jurídica. Además de ello, cosa insólita, van otros tres directivos de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG), y cabezas de federaciones. Como siempre, a estos eventos terminan asistiendo más funcionarios y achinchicles que atletas. Quien diría, Guatemala es una potencia atlética y económica para poder darse el lujo de llevar semejante delegación.
El pueblo de Guatemala gastó más de 200 mil quetzales solo en boletos aéreos para dirigentes deportivos en Río. Y ni hablar de los viáticos, porque los señoritos reciben 200 dólares diarios y algunos van en plan sibarita, con 600 dólares al día, del 2 al 14 de agosto. Mientras tanto, los atletas reciben menos de la mitad: 100 dólares diarios.
Lo más triste es que este tipo de viajes de los dirigentes deportivos ya son costumbre. Ahora, la jugada olímpica, revelada por José Miguel Castañeda de Soy502, fue que además de recetarse boletos y viáticos, los nenes del Comité Olímpico se compraron hasta las maletas con dinero del pueblo.
Gastaron casi un mil 500 quetzales para que los dirigentes vayan con lindo equipaje, como si ellos no pudieran por lo menos pagarse la mochila. ¿Qué hace falta? ¿Qué les paguemos también el pedicure para no perder el glamour, por si los acosan los paparazzis en las playas de Río?
El ministro Chea va a los juegos de Río en representación del propio presidente Jimmy Morales, quien lo delegó para esa tarea. Y el ministro, según ofreció, va a pagar su viaje. Si lo hace el ministro de Cultura y Deportes, ¿por qué no tanto gorrón que pulula alrededor del Deporte?
Es muy chic eso de pertenecer al Comité Olímpico y codearse con los reyes y jeques del mundo que frecuentan los bailes del deporte internacional. Sin duda, asistir en primera línea a unos Juegos Olímpicos también debe ser un lujo.
Si a estos señores les apetece pertenecer a ese mundo, deberían pagarse la entrada de su bolsa, no pretender que sea el pueblo de Guatemala, que debería estar enfocado en disminuir los índices de desnutrición crónica, quien les costee hasta la maleta.
Del presupuesto del Deporte viven demasiadas garrapatas. Y al parecer, no tienen intención de medirse, ni porque ven al ex presidente del país, Otto Pérez Molina, y su antigua corte, con chachas, esperando juicio, acusados de malversar fondos públicos.
Así las cosas, urge que el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), se den una vuelta por la zona cinco, para que los dirigentes deportivos aprendan a responder por el dinero de los guatemaltecos que les ha sido confiado para desarrollo del deporte, no para pasear en Río, hasta con la maleta regalada.
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