Denuncia contra diputados

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En un reciente comunicado, la Conferencia Episcopal de Guatemala expresó: “Señores diputados: salvo honrosas excepciones, constituyen ustedes el organismo estatal más ineficiente e inmoral, que obstaculiza el logro del bien común. No continúen defraudando al pueblo que los eligió”.

Ante la demoledora imputación, el presidente del Congreso, Mario Taracena, dijo que lo afirmado por los prelados católicos era una llamada de atención y que el Congreso tenía que reinventarse.

El señalamiento de los obispos no es una simple llamada de atención, sino que es una denuncia pública contra los congresistas, quienes ostentan el pomposo calificativo de “dignatarios de la nación”, que los retrata de cuerpo entero ante una población asqueada y cansada de tanta podredumbre.

Tampoco es cuestión de que el Congreso se reinvente, como lo pide Taracena, sino que lo que debe hacerse es iniciar los procedimientos sancionatorios y de antejuicio en contra de todos los diputados que resulten responsables legalmente de los abusos, excesos e ilícitos, y que sean desaforados, lo que supone que si todos son responsables, todos deben ser expulsados del Congreso.

Por cierto, cabe traer a colación el episodio de la denuncia que hizo el responsable de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Iván Velásquez, sobre el financiamiento político ilícito que recibió el partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), específicamente cuando Taracena, diputado de la UNE, dijo que durante el régimen de Álvaro Colom (2008-12) habían sucedido “cosas gruesas, pero gruesas”, pero sin concretar. Ahora es un buen momento también para que Taracena destape esas “cosas gruesas, pero gruesas” que él sabe que ocurrieron y que son imputables a la “camarilla gobernante” durante el régimen de Colom. ¡Atrévase Taracena!

Además, la población no solo tiene derecho a conocer lo que sucedió durante la Séptima Legislatura (2012-6), sino que también lo que ocurrió durante la Sexta Legislatura (2008-12) cuando Colom gobernó. Por cierto, durante los cuatro años de la Sexta Legislatura, diputados de la UNE fueron los que se turnaron en la Presidencia del Congreso. En ese período legislativo también hubo derroche a lo grande, a manos llenas, y la información pertinente debe fluir.

El Congreso de la República no debe reinventarse, como afirma Taracena, sino que debe depurarse. La depuración del Congreso debe ser la consigna ciudadana. Hay que sentar un precedente castigador, para que los abusos, excesos e ilícitos no se vuelvan a repetir.

 
Publicado el 03 de febrero de 2016 en elperiodico.com.gt por Editorial El Periodico
http://elperiodico.com.gt/2016/02/03/opinion/denuncia-contra-diputados/

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