A partir de hoy

Si hablamos de transparencia, debe considerarse desde lo más simple a lo más complejo. La corrupción empieza por cosas pequeñas y aparentemente insignificantes, pero si nadie dice nada, aumenta, hasta llegar a niveles impredecibles. Jimmy Morales, a partir de hoy, deberá procurar conducirse como un estadista, cuyas cualidades mínimas son: inteligencia, carácter, liderazgo, trasparencia, buena organización y estructurar cuáles serán sus prioridades para empezar a trabajar ya. El bonito speech de campaña quedó atrás y desde hoy solo cuentan los hechos reales, porque ya tiene la potestad de actuar y no solo de hablar.

El presidente Morales deberá mantener sus promesas de campaña, sobre todo la más importante, con la que ganó la simpatía de un pueblo cansado del abuso de sus gobernantes: “Ni corrupto, ni ladrón”, porque de no cumplir con su ofrecimiento, la población no le dará tregua alguna. Otro punto importante es que deberá hacer malabares para gobernar con un presupuesto deficitario, considerando que la prioridad hoy es salud, educación y seguridad. Si logra demostrar buena voluntad, honestidad y transparencia en el gasto, logrará consolidar una buena imagen pública. El nuevo presidente debe mantener las manos limpias desde hoy y denunciar de inmediato cualquier manipulación o coacción de los poderes fácticos del país.

No olvidemos que también ayer tomó posesión el nuevo Congreso de la República, que ostenta un gran poder en el Estado. El error del pueblo es que no le ha puesto la atención debida al Organismo Legislativo, aun a sabiendas de que esta institución es clave para enderezar las riendas de Guatemala. El Congreso saliente ha sido considerado el peor de toda la historia de Guatemala, incluso hoy mismo han perdido su inmunidad 10 diputados que terminan su nefasta gestión, señalados por graves actos de corrupción, a los que esperaríamos ver tras las rejas en estos días, si no se escapan antes. Por otro lado, siguen allí incrustados muchos personajes desgastados y corruptos, que huelen muy mal. Tristemente llegan otros nuevos por el estilo, personas de muy bajo nivel.

No olvide que el Congreso elige al procurador de los Derechos Humanos, contralor general, magistrados del TSE y magistrados de la Corte Suprema de Justicia; por esta razón, sus integrantes deben ser éticos y honorables. Es importante monitorearlos individualmente y examinar las acciones de cada uno de los diputados; si hay presión mediática, de las redes sociales y de la población, estoy segura de que esta vez no podrán actuar a sus anchas.

No olvidemos que ellos pueden antejuiciar a los presidentes de los otros organismos y a ministros, lo que los convierte en el poder más importante del Estado y por lo mismo ahora toca depurar al Congreso.

En cuanto al Organismo Judicial, es otra institución a la cual nadie le pone atención; de hecho, la mayoría de la gente ni siquiera sabe el nombre del actual presidente de ese poder. La impunidad y el tráfico de influencias es evidente.

El reto para “el pueblo guatemalteco” —nombrado el Personaje del año 2015, por su activo protagonismo— será vigilar el desempeño de Jimmy Morales y sus ministros, pero sin olvidarse de monitorear, fiscalizar y denunciar cualquier acto ilegal que cometan los funcionarios de los poderes Legislativo y Judicial.