EN SUS PALABRAS, el nuevo presidente reiteró sus promesas de campaña, las cuales esta vez ya no pueden dejar de ser cumplidas sin provocar en la ciudadanía una nueva decepción. Algunas frases fueron emotivas, como cuando señaló la posibilidad de atestiguar “el anochecer de la corrupción y el amanecer de la transparencia”. Me pareció adecuado el símil con el cuento de Monterroso, pues los guatemaltecos ya no quieren despertar y ver todavía allí al dinosaurio de la corrupción, de la forma de hacer política y de la permanencia de quienes “se ganan la vida dividiendo a los guatemaltecos”. De inmediato prometió luchar contra la corrupción “desde el primer día”. Por supuesto, la concurrencia aplaudió con entusiasmo esas afirmaciones.
UNA AGRADABLE FRASE LA constituyó haber gestionado la donación en el extranjero de cien millones de quetzales para adquirir medicinas e insumos para los hospitales, y repartirlas a partir del lunes. Hubo aplausos, aunque no tantos, cuando recordó la necesidad de pagar impuestos, pero prometió manejarlos bien. Otras frases dignas de mención fueron “las cosas pueden ser como deben ser”; “no hay soluciones mágicas pero sí magia en el trabajo colectivo”; “nos preocupamos por la nación que heredaremos a nuestros hijos, pero no por los hijos que heredaremos a nuestra nación y que deben ser responsables, trabajadores”. No me pareció cuando dijo “espero que los niños aprendan a leer con la Constitución”, por ser una imagen exagerada.
NO ESTOY SEGURO SI FUE buena idea pedir a los presentes y todos los ciudadanos atentos a las transmisiones directas de televisión, ponerse de pie con la mano en el corazón para prometer trabajar por el país. Me pareció demasiado cercana a una acción religiosa muy común en grupos no-católicos, aunque por otro lado se puede defenderla como una introducción a las actividades espirituales dentro del marco de la tarea ciudadana para lograr el bien común. Consideré también demasiadas las referencias directas al himno nacional. Está bien hacerlo en este momento, pero a mi juicio no hay necesidad de mantenerlas ni de repetirlas. Claro está: se trata de un discurso inicial y por ello se valen estas pequeñas libertades, pero no deben continuar.
UNA VEZ PASADA LA PRIMERA actividad, ahora debe comenzar el trabajo en serio. Encarar la solución de los problemas nacionales desde el principio. Reconocer su poca fuerza en el Congreso y entender dónde está su verdadera fuerza: en el apoyo popular. Los votos para él fueron: los propios, pocos; los derivados del deseo de cambio, muchos. Y muchos más los engendrados en el temor de la llegada de su contrincante. Pero para lograrlo debe medir fuerzas con un Congreso muy dividido y con importantes grupos de diputados no solo contrarios sino con mañas. Ayer comenzó una nueva etapa en la historia nacional, y en el nivel de esperanza de los guatemaltecos. Desperdiciarlo o traicionarlo no puede ser perdonado.
Publicado el 15 de enero de 2016 en www.prensalibre.com por Mario Antonio Sandoval http://www.prensalibre.com/opinion/algunas-frases-de-jimmy-morales
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