El día después… 2015

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Terminó el proceso electoral. Llegó a su fin la campaña política que sorprendió a nacionales e internacionales. Una campaña que, como las anteriores, comenzó recién tomó posesión del cargo de presidente del Ejecutivo el defenestrado, y actualmente preso, Otto Pérez Molina. Lamentablemente, serán si mucho tres meses de descanso los que vamos a tener antes de que empiece la próxima campaña, porque una vez no cambie el sistema de incentivos perversos en el cual vivimos, nuestros problemas seguirán siendo los mismos.

El ayer electo presidente, que la mayoría que ejerció su derecho a voto consideró la menos peor de las opciones, si interpreté correctamente las tendencias, es Jimmy Morales. Un advenedizo al cual favoreció la crisis política de este año que significó el despertar de cientos de miles de mandantes hartos de la corrupción imperante durante el gobierno de Otto Pérez Molina y su inseparable Roxana Baldetti, quien ocupó el cargo de vicepresidente y hoy ocupa una celda en Santa Teresa, la cárcel para mujeres.

Yo decidí no ejercer el domingo pasado mi derecho a voto. Es falaz la presión que hicieron algunos en contra de aquellos que, como yo, no votamos en contra de nuestros valores y principios, que es lo mismo que votar en contra de nosotros mismos. Más aún, sabiendo que la solución a nuestros problemas no se encuentra en el Organismo Ejecutivo. La decisión más importante para proteger nuestros derechos individuales en el largo plazo la hicimos el pasado 6 de septiembre, cuando elegimos a los diputados que van a integrar el próximo Congreso.

Por supuesto, reconozco que había que cumplir con el requisito de elegir a un presidente del Ejecutivo, pero por la enorme diferencia que había entre las intenciones de voto, diferencia que favorecía ampliamente a Morales, mi asistencia a las urnas era irrelevante si el objetivo era vencer a Sandra Torres que, sin duda, era la más peligrosa de los dos. En tal contexto es una contradicción, en particular para aquel que tiene claro su código moral, ir a votar por alguien con quien no comparte ese código.

El ahora mesiánico Jimmy Morales, que habla de sí mismo en tercera persona y afirma que su principal asesor es, ni más ni menos, que el propio dios, el cual va a gobernar bíblicamente y se va a rodear de oportunistas (que no dudo que su principal motivo será pasar a mejor vida a costa de los tributarios), para mala suerte nuestra era, efectivamente, la menos peor y menos peligrosa de las opciones, principalmente por dos motivos: primero, porque no tiene el poder político que tiene Torres, tanto a nivel de las alcaldías municipales como en el Legislativo; y segundo, porque no está lleno del resentimiento que, a pesar de los intentos de disimularlo, carcome a Torres.

Culminada esta etapa, llegó el momento de que nos enfoquemos en lo que es verdaderamente importante: el cambio urgente, radical, a nuestro sistema de Estado Benefactor/Mercantilista. Y, que le quede claro a Morales y su gente: no habrá Luna de Miel.

Publicado el 26 de octubre de 2015 en www.s21.com.gt por Marta Yolanda Díaz Durán
http://www.s21.com.gt/principios/2015/10/26/dia-despues-2015

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