#RenunciaYa

El “25A” fue un parte-aguas para la nación guatemalteca. Los ciudadanos, sin ser acarreados, sin que se ofreciera absolutamente nada, en paz, y de manera higiénica —porque hasta limpio dejamos el parque central, mal llamada “Plaza de la Constitución”— salimos a expresar nuestro rechazo contra la corrupción.

El escándalo de La Línea, y no la de Gerona, había estallado. El secretario privado (ahora entiendo por qué era privado; o sea, para hacer sus fechorías sin que lo vieran) de la ex vicepresidenta Baldetti era el cabecilla de una presunta “estructura” de defraudación aduanera.

El HashTag (Etiqueta) de Twitter utilizado, y que por semanas fue trending topic alcanzaba miles de tweets y retweets.

Sí, “y cuando despertamos, el dinosaurio de la corrupción todavía estaba ahí”, parafraseando al gran Tito Monterroso. Cabal, ahí estaba esa maldición, frente a nosotros, mostrando sus colmillos, su veneno, sus garras.

Pero despertamos ese 25A, seguimos el 16M, el 30M, y ahora el 13J. De repente, en ese aire de sensatez que a veces irrumpen en la parsimonia de los trópicos mortales de García Márquez, habíamos descubierto, uno, que tenemos voz; dos, que podemos usarla; tres, que nos podemos defender muy bien sin ser arreados por capataces y caporales políticos, y, cuatro, que nuestro rechazo contra la corrupción se puede escuchar en toda la galaxia sideral.

“SIENDO UNO, SOMOS MÁS”.

Podemos tener grandes diferencias, y de hecho las tenemos, pero descubrimos que eso que nos une es más fuerte, es más alto, va más allá de nuestros comunes y multivocales puntos de vista.

La corrupción mata. Sea al paciente renal o al niño que entró en la emergencia de un hospital estatizado, inservible, desabastecido. O a las miles de niñas mayas que jamás recibirán un día de lectoescritura.

De las renuncias exigidas, la de Baldetti suena a triunfo. Habiéndose visto sola y a punto de enfrentar un juicio político por parte del Congreso, dijo “patas pa´qué te quiero, y que mejor digan aquí renunció y no aquí cayó”. Italia, según ella en sus ilusiones, la espera.

Pero, oh vueltas de la vida: el presidente enfrenta el mismo escenario.

Solo, dejado a su suerte, la cual no ha sido muy buena políticamente, también está en ese paso de la muerte; digo, entre la decisión de la Corte Suprema de Justicia, cuyos magistrados por unanimidad sí ven indicios de mañosidades, y el Congreso. Esas 12 o 13 cuadras de la Corte al Congreso son ahora el verdugo del Sr. Otto Pérez Molina, a quien le exigimos #RenunciaYa porque eso es #JusticiaYa aquí y en Marte.

Tanto Ella como Él, que ni ella de La Habana ni él de Nueva York, corren la misma suerte. Como que alguien —no Dios— los crió y el guacamolón los juntó.

Él cree todavía que el Parlacén lo salvará. Pobre iluso. Si sigue ahí es porque Su Majestad de la Avenida Reforma lo está sosteniendo con palillos y lo tiene medio pegado con chicle, pero que cae, cae.

Las momias sindicales han querido salvarlo, pero ya se dieron cuenta de que es
insalvable.

Ahora, la responsabilidad está en el Congreso. Nuestros ojos, los de 13J, están sobre cada diputada y diputado. Intentarán salvar al susodicho. Si lo hacen, junto con él, irán ellos.

Ojos y oídos con el Con­greso.

Publicado el 12 de junio de 2015 en www.s21.com.gt por Eduardo Zapeta 
http://www.s21.com.gt/era-libertaria/2015/06/12/renunciaya

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