Candidatos sin cualidades

Comparemos con el caso de los cantantes, porque hay muchos que quisieran ser famosos como Arjona, y les cuesta aceptar que no tienen el don. Los más ingenuos tratan de llegar y chocan cuando desafinan, buscando espacios de oportunidad en los shows de talentos, donde se exponen al ridículo por papos.

El don se trae o no, en todas las artes y la política. Los líderes surgen naturalmente en todas las actividades. En cada grupo hay alguien que sobresale para dirigir a los demás, porque tienen la cualidad natural, la voz de mando y la visión para llevar al resto a cierto destino. En ellos se delega el poder, con plena confianza, y no siempre sale beneficiado, porque la masa otorga pero también juzga, así que quienes aceptan la voluntad colectiva quedan expuestos a la rabia si no funciona.

Ser político encarna responsabilidad y sacrificio. Por eso no es lógico que aparezcan tantos interesados, aunque sabemos que abundan los negativos y hostiles, que hacen daño en el afán de satisfacer su ambición personal. Y a estos se suma los candidatos impuestos, los mandados a perder, que aceptan el juego consciente o inconscientemente, y andan gastando y exponiéndose en la palestra a sabiendas de que la jugada ya va perdida, o creyendo que se puede repetir el fenómeno del expresidente Jorge Serrano, quien de milagro y gracias a la coyuntura saltó tras un debate regalado por el gobierno democristiano a la silla presidencial, de la cual pronto se deslizó para somatarse en el destierro.

Abundan los ingenuos y los ambiciosos en el abanico de candidatos por la Presidencia de Guatemala, unos que no son relevantes, y otros sin madera, antipáticos y ambiciosos, que quieren ganar y pueden pagarse toda la publicidad del mundo. Falta que surja un líder a quien la gente reconozca como tal, y le entreguen voluntariamente la responsabilidad, pero los líderes destacan en los partidos, que es donde se les elige por sus cualidades para competir, pero aquí no hay tal cosa. ¿Cómo empezar?