El propio Presidente de la República en una entrevista publicada el 8 de enero pasado en el diario Prensa Libre, prácticamente lo da por un hecho al responder así a las interrogantes relacionadas a la corrupción:
¿Cuál es la promesa que definitivamente no va a poder cumplir en todo su mandato?
– Yo creo que hay promesas que lamentablemente uno no puede llegar a los niveles que quisiera, y uno es la transparencia y la corrupción. Esto no es de este gobierno, es algo que ha venido por muchísimos años, ha estado presente, enquistada dentro de las instituciones, y luchar contra eso es muy difícil.
¿Es imposible eliminar la corrupción en un período presidencial?
– Yo digo que sí, es imposible. Está demasiado enquistada y es algo que ha venido por muchísimos años”.
En la llanura mientras tanto las voces fuertes locales de denuncia pública en los medios de comunicación y en especial en el diario elPeriódico de casos documentados o de investigación periodística que evidencian altas probabilidades de corrupción o bien de los casos que se someten a procesos jurídicos, han sido acalladas, mediatizadas o languidecen al no tener una resonancia aparentemente directa en la ciudadanía.
Sin embargo, no podemos ni debemos desmayar ni subestimar nuestra capacidad ciudadana de que en un momento dado o circunstancia determinada se despierte la conciencia colectiva, que está ahí aunque se perciba adormitada y condescendiente.
Hay coincidencia con el mensaje y las reflexiones oportunas del embajador de los Estados Unidos de América, Todd D. Robinson, quien a través de un artículo titulado, Una decisión para Guatemala publicado en el diario Prensa Libre este lunes 23 de febrero, se dirigió a cada uno de nosotros los ciudadanos guatemaltecos directamente sin pasar por los canales oficiales, que es una diplomacia no usual pero legítima, señalando que, “…la corrupción se puede combatir siendo vigilantes, valientes y tomando una acción continua”. El embajador nos recuerda en el contexto electoral que se avecina que, “El sistema democrático de Guatemala le otorga a cada ciudadano voz y voto; los insto a usar ambos”.
La dimensión de este desafío de combatir la corrupción entre otros asuntos de interés ciudadano requiere de que se abra un espacio fundamentalmente cívico, creíble, confiable y abierto, es decir, sin que se haga distinción de ninguna naturaleza entre nosotros los guatemaltecos y sin prejuicios ideológicos que nos motiven a cerrar filas y hacer un frente común sólido y sustentable. Como ciudadano guatemalteco estaría dispuesto a comprometerme en contribuir, participar y compartir con un espíritu de servicio en un espacio que podría denominarse una “Cruzada Cívica Contra la Corrupción” (CCCC), o en cualquier otra iniciativa que nos una y no nos divida. Esto es posible hacerlo de forma espontánea y responsable sin que medie adalid alguno. Hay capacidad ciudadana probada en momentos de crisis que se ha subestimado y que se organiza con extraordinaria eficiencia para causas nobles. Las circunstancias y las condiciones están dadas para ello.
Publicado el 27 de febrero de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Luis Fernando Andrade Falla http://www.elperiodico.com.gt/es/20150227/opinion/9189/Cruzada-c%C3%ADvica-contra-la-corrupci%C3%B3n.htm
No Responses