Con Baldizón, Sandra y Sinibaldi no vamos a ningún lado

Urge la renovación de nuestro parque político.
Si hacemos un análisis somero de los tres candidatos presidenciales punteros, veremos que no son estrellas sino agujeros negros, que no son estadistas sino, como hasta ahora, charlatanes, demagogos y vendedores de espejitos, para quienes la presidencia sigue siendo un botín. Al hablar de estadistas uno piensa en tantos grandes hombres que condujeron a sus países hacia el éxito, que tenían honradez y una cultura amplia para entender situaciones complicadas de forma multidisciplinaria. Pienso, por ejemplo, en la figura de Konrad Adenauer quien, no obstante la derrota de su país en la Guerra Mundial, realizó el famoso “milagro alemán”, y llevó a su nación a ser una potencia mundial.


Yo no pienso que Adenauer dijera, como lo hizo Sandra en el gobierno de su exesposo, que no había que invertir en carreteras porque no se comen. Fue una pena que ella no consultara todos los estudios que muestran el impacto de las carreteras en el desarrollo. Para ella lo importante era regalar víveres, abrir comedores populares, dar láminas y otros insumos y hasta divorciarse para asegurar la presidencia.

No imagino a Adenauer plagiando textos para su tesis o para sus libros al estilo Baldizón, quien con tal de ganar la presidencia ha ofrecido el Bono 15, en beneficio de la minoría que representan los asalariados, sin entender cómo ello afectaría a las pequeñas y medianas empresas, que son la mayoría, ni explicar de dónde saldría el dinero del exhausto fisco para el pago del Bono 15 de los burócratas.

No imagino que Adenauer se contentara con ser un simple bachiller para aspirar a los mayores cargos de su país como es el caso de Sinibaldi. Presidentes de la República que únicamente son bachilleres es algo que solo se puede concebir en democracias bananeras. Los amigos de Sinibaldi dicen que solo le quedó pendiente el Ejercicio Profesional Supervisado (EPS), pero sus detractores dicen que ese EPS era el eterno primer semestre. Fuera de la broma, el asunto es una pena. ¿Cómo Sinibaldi, que fue ministro de Comunicaciones, no objetó el recientemente decretado aumento sustancial al impuesto al cemento a sabiendas de que hay un déficit de millón y medio de casas? ¡Solo es un acomodaticio! Por otro lado, el nombre de Adenauer no fue salpicado con denuncias de financiamientos ilícitos, como ha ocurrido con el affaire brasileño que tiene atrapado a Sinibaldi.

Para ser grande, Adenauer no hizo campaña con “cancioncitas” sino con propuestas serias; y ya en el poder no derrochó los caudales públicos en propaganda como lo hacen Otto y Roxana. Yo imagino que un Adenauer, un estadista, en Guatemala propondría y haría una profunda reforma política con reducción del número de diputados; propondría y dotaría al país de independencia judicial, del Ministerio Público y de la Contraloría General de Cuentas, y los fortalecería para que pudieran, conjuntamente con el IVE, tener un control completo del uso y manejo de los fondos estatales y de los bolsillos de los funcionarios públicos, dentro de una larga lista de cursos pendientes en el ejercicio del Gobierno.

Con urgencia necesitamos formar nuevas coaliciones políticas, integradas por estadistas, personas que entiendan el mundo globalizado, la tercera revolución industrial, que no tengan tercermundismo en la cabeza, que sean profesionalmente exitosos y, sobre todo (¡imprescindible!), que sean decentes, con el propósito primario de sacar las heces fecales de la política, para que ni por asomo saquen las orejas los políticos de hoy, salvo las excepciones que se cuentan con los dedos de una mano. ¡Fiat lux!

Publicado el 04 de febrero de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Gonzalo Asturias Montenegro 
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150204/opinion/8020/Con-Baldiz%C3%B3n-Sandra-y-Sinibaldi-no-vamos-a-ning%C3%BAn-lado.htm

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