La corrupción que mata y asesina

En enero, 35 personas asesinadas en medios del transporte público.
Si en algún país se cumple la sentencia de que la corrupción no solo mata, sino que asesina es Guatemala. En este caso hablamos de la muerte sobre ruedas. Solo en el mes de enero del recién estrenado año van 35 personas asesinadas en medios de transporte público. Una cifra única y escalofriante aunque en nuestro medio ya sea visto como normal e insuficiente para conseguir una reacción ciudadana de protesta e indignación.


Este servicio público vital para la convivencia pacífica en cualquier sociedad del mundo contemporáneo ha sido abandonado por las instituciones del Estado responsables, o más irresponsables en este caso, a los operadores del capitalismo salvaje que lo regentean al mejor estilo mafioso de finales del siglo XIX.

La corrupción desfiguró lo que debería ser un servicio público vital en un vil negocio que abarca desde el otorgamiento de rutas, pasa por el subsidio y llega a la captura del mismo por una red mafiosa que se beneficia con jugosas ganancias, y que para el gran público representa un verdadero viacrucis que los expone a asaltos, violaciones, malos tratos, cobros mayores a las tarifas autorizadas, hacinamiento y a perder la vida como lo han sufrido las familias de cinco pilotos, siete ayudantes, ocho usuarios, entre otros, solo este mes de enero.

Resulta que en la última licitación se adjudicaron 109 rutas o líneas de transporte urbano por parte de la Municipalidad de Guatemala, a las únicas empresas que participaron y que son las mismas que han gozado del subsidio que otorga el Gobierno central a las cuatro afiliadas a la Asociación de Empresas de Autobuses Urbanos (AEAU). Dicha licitación careció de los principios más básicos de transparencia y eficiencia, haciendo que un servicio vital fuera otorgado por 25 años a las mismas empresas de siempre y en donde no existen los más mínimos procesos de supervisión para verificar la calidad en la prestación de dicho servicio.

En lo que al subsidio respecta, Q35 millones mensuales de los impuestos de los guatemaltecos son despilfarrados. Son Q21 millones mensuales de subsidio al precio del diésel, que aunque ahora bajó de precio, el subsidio sigue siendo del mismo monto; Q6 millones de subsidio al malogrado y corrupto servicio del transurbano (de 3 mil buses normales y 150 articulados o gusanos, únicamente alrededor de 500 llegaron al país y prestan el servicio); y Q8 millones mensuales que son destinados a la contratación de seguridad privada. Solo entre los meses de mayo de 2010 a julio del 2013, se reporta en el sistema www.guatecompras.gt, la contratación de dos empresas de seguridad privada por un monto de Q256 millones; vale decir que la contratación de estas empresas de seguridad corre a cargo de la AEAU mediante procesos de licitación totalmente opacos y discrecionales; habría que investigar quiénes son los propietarios o están atrás de dichas empresas de seguridad.

En este ambiente de abierta y total corrupción, no es extraño que la muerte esté a la orden del día y no será hasta que todo esto se vea a la luz de la transparencia, que los ciudadanos puedan transportarse de manera digna y no como simples bultos maltratados por toda la cadena mafiosa que rodea a este negocio.

Publicado el 03 de febrero de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Manfredo Marroquín
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150203/opinion/7982/La-corrupci%C3%B3n-que-mata-y-asesina.htm

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