Con un gobierno inmiscuido en muchas áreas y una legislación que obliga a que casi todo se haga por permiso, es difícil realizar cualquier actividad en nuestro país, sin tener que pasar por algún funcionario —de alto o bajo nivel— que no lo deje a uno trabajar, a menos que esté dispuesto a “aceitar” la maquinaria burocrática. Los que nos oponemos a consentir en ello estamos condenados a batallar cuesta arriba, pagando con retrasos y multas nuestro desafío al sistema corrupto y corruptor.

Por si la situación no fuera suficientemente mala, ahora los politiqueros se unieron para hacer chinche los recursos de los tributarios con toda desfachatez. Los diputados de los partidos Patriota, Líder, Todos, Gana, Winaq, URNG y algunos independientes se confabularon en nuestra contra.

No les bastó que las arcas ya estuvieran abiertas, les quitaron los candados, las bisagras y se deshicieron de las tapaderas.

Los del Partido Patriota, con tal de tener dinero que robar en este último año de su administración, revirtieron las pocas cosas medio buenas que habían hecho: autorizaron nuevamente el uso de “ONG” de pantalla de los corruptos y abrieron la puerta nuevamente para la “deuda flotante” de la que ellos tanto se quejaron.

Los de Líder no se quedaron atrás. No esperaron a ser electos al Ejecutivo para romper sus promesas de campaña. Unos días antes despotricaron contra la deuda y el viernes aprobaron sin chistar el mayor incremento de deuda en la historia de Guatemala. Ofrecieron un impuesto único y ahora aprobaron uno nuevo, así como el incremento a otros dos.

Si a eso añadimos que son los mismos partidos que se unieron para escoger a magistrados del Organismo Judicial afines y muy probablemente repetirán para escoger a un contralor que se postre ante sus pies, los ciudadanos cada vez más quedamos sin protección ante los sinvergüenzas políticos ladrones.

El sitio de los corruptos está puesto. Los guatemaltecos de bien tenemos que decidir si nos damos por vencidos y sucumbimos a ser por siempre siervos de los corruptos o luchamos por nosotros, nuestra familia, nuestro futuro, nuestro país. ¿Qué podemos hacer? Empecemos por no consentir con los corruptos ni con la corrupción. Denunciemos en las redes sociales todos los hechos de corrupción que encontremos. No nos dejemos intimidar por los políticos. Los decentes somos muchos más.