Evitable muerte

Gracias a la corrupción.
Del Neolítico hasta tiempos modernos, la humanidad ha transitado por un largo recorrido para hacer frente a las enfermedades, atenuar el dolor y burlar a la muerte. La figura del “sanador” se creía intermediaria entre los dioses y los seres humanos; las civilizaciones del mundo antiguo veían a los males del cuerpo como un castigo divino y se protegían con ungüentos milagrosos y aceites enviados del cielo. Desde concepciones religiosas hasta terapias mágicas y rituales, los sabios de la salud han dejado a la humanidad grandes avances: el microscopio, los antibióticos, anestésicos, transfusiones de sangre, antirretrovirales, rayos X. Heredamos hospitales, psicoanálisis, anticonceptivos, trasplantes, tanques de oxígeno, grandes avances en el campo del ADN, la clasificación de enfermedades endémicas y epidemias, y el descubrimiento de sus causas. Recorrido que hoy desemboca en la impensable era del genoma humano. Este siglo de maravillas, progresos y técnicas que en otros tiempos hubieran sido impensables, ahora se convierten en una dichosa realidad. 

Seguramente quienes dedicaron su genialidad a estos grandes avances, jamás concibieron que los mismos representarían una herramienta de discriminación, por el simple hecho de que la palabra “humanidad” incluye a todo ser humano, sin excepción alguna. Pero acá, tristemente, el acceso a las grandes virtudes médicas resulta inviable para la mayoría. La actual crisis de Salud parece ser la peor en décadas, gracias a la burda y asquerosa corrupción. Al desinterés por las áreas rurales. Gracias a la ignorancia, gracias a la burla. El desabastecimiento permanente de insumos médicos, quirúrgicos y reactivos de laboratorio hace inviable el mínimo funcionamiento del sistema. La falta de vacunas (hay un serio riesgo del resurgimiento de enfermedades erradicadas), médicos, camillas, jeringas, hilos para suturar, entre mil cosas, agrava las condiciones. No se da mantenimiento al equipo. Hay sanitarios en mal estado. Se espera hasta cinco meses el ingreso a cirugía. Se da respiración manual a los pacientes; se cura sin anestesia. Y de medidas preventivas, ¡ni hablar!

Mientras el mundo avanza, nosotros retrocedemos. Caminamos hacia épocas oscuras, nos entregamos a los designios de una muerte evitable. A otro Neolítico, pero sin dioses de nuestro lado. ¿Cuánto más costarán las espurias ambiciones de gobernantes y ladrones del Estado? ¿Seguiremos detenidos en el “no tiempo”? ¿Por cuánto tiempo?

 
Publicado el 03 de diciembre de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Anabella Giracca
http://www.elperiodico.com.gt/es/20141203/opinion/5721/Evitable-muerte.htm

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