PP y Líder saquean al Estado

ALEJANDRO SINIBALDI, precandidato presidencial del PP, y Édgar Barquín, precandidato vicepresidencial de Líder, se repartieron el botín con una negociación que dejó en Q70.6 millardos el presupuesto del Estado para el 2015. Para ello trasladaron el impacto del financiamiento de ese gasto a la población al gravar el uso de telefonía, subir el impuesto a la compra de cemento y aumentar las regalías a la minería, además de definir una ilusoria recaudación tributaria de Q58.2 millardos para el próximo año. Pero lo más grave es que abrieron las puertas para la corrupción al quitar la prohibición de que los Consejos de Desarrollo contraten a oenegés, propiedad de alcaldes, gobernadores y diputados, las cuales forman parte de la estructura política de ambos partidos en los departamentos. También eliminaron los Comprobantes de Disponibilidad Financiera, lo cual compromete el futuro de las finanzas del Estado con deuda flotante.

POR SI NO BASTARA, el Ministerio de Comunicaciones dispondrá de Q1 mil 965 millones sin destino definido, que podrá utilizar en forma discrecional para la campaña de Sinibaldi y contratar a empresas cercanas a Manuel Baldizón, para que fluyan fondos a la campaña de este.  El acuerdo bipartidista se logró con el aval de los diputados que habrían recibido un soborno de Q500 mil para cada uno, dinero que saldrá de un proyecto de dragado en Puerto Quetzal.

POCAS VECES HA SIDO tan claro el saqueo de los recursos del Estado para financiar la campaña proselitista de dos partidos y engordar la bolsa de funcionarios corruptos, quienes ya se cubrieron la espalda por posibles demandas judiciales. La primera parte de esta componenda fue cuando el PP y Líder se repartieron las magistraturas de la Corte Suprema de Justicia y salas de Apelaciones, y neutralizaron el Ministerio Público. Están muy tranquilos porque saben que no prosperarán juicios por enriquecimiento ilícito por muy evidente que sea. Ahora buscan el control de la Contraloría General de Cuentas para colocar ahí a alguien que no les haga ningún ruido. Así se cierra el círculo de la corrupción y la impunidad para dos partidos que aparentan ser diferentes pero que con el brillo del oro actúan exactamente igual.