La transparencia en la gestión pública tiene como objetivo y fin evitar “ocurrencias”, “sorpresas”, “abusos”, así como otras patologías que destruyen el régimen republicano y democrático de un país, porque la idea es que los depositarios del poder se sientan “fiscalizados”. Sin embargo, los diputados no se sienten limitados en sus decisiones, son impunes, es de necios decir lo contrario, mientras no conozcan límites y el sistema “medio funcione” esto es historia conocida.
El problema no es el monto, no son los impuestos, no es el gasto, no son las regalías, no es la falta de candados, no es que entidades privadas se llenarán de plata y tendrán su agosto en el 2015, no para nada, el problema es que acá no hay responsabilidad sobre las decisiones públicas y la Corte de Constitucionalidad, así como otros órganos de control han girado cheques en blanco para que del Congreso salga cualquier monstruo en cualquier momento y muchos aplauden el monstruo que les conviene (incongruencia le dice el diccionario a esa actitud).
Dejemos atrás lo inconstitucional que en la ley del presupuesto anual se vulneren principios de la Ley Orgánica de Presupuesto (una de las más importantes leyes descrita con especial énfasis por nuestra Constitución), obviemos que es antitécnico reformar leyes cruciales en el decreto que contiene el presupuesto cuya vigencia es anual, olvidemos eso (acá en Guatemala esos son detalles), el concepto es otro. Acá el Congreso es fuente de corrupción, el mejor guardián de la impunidad, pero sobre todo, los órganos de control son los grandes omisos y responsables.
Lo ocurrido en la novena avenida la semana pasada no es más que un efecto de un montón de abusivos que no conocen de límites, saben que no son responsables, conocen que su reelección está asegurada y sobre todo están seguros de que si la Corte suspendiera alguna “frase”, jamás tendrán responsabilidad. Este es el mejor germen del abuso, el mejor retrato de la violencia con que se ejerce el poder, pero es de necios llorar lo aplaudido por otros cuando les parece que “romper los límites en esta ocasión” es bueno para el país. Si no vamos a la causa, esto seguirá igual, así de fácil, y ¡qué aburrido escuchar razones de necios que alegan ante efectos y aplauden ante causas!
Publicado el 02 de diciembre de 2014 en www.prensalibre.com por Alejandro Balsells Conde http://www.prensalibre.com/opinion/Notas-para-necios_0_1259274299.html
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