No somos ciegos

Fallidos intentos de censura.
 
Los escándalos de corrupción se han concatenado, uno tras otro, en los últimos días.

Están las cuentas bancarias de la parejita del Registro de la Propiedad, los Q452 millones gastados en carros por esta administración (más del doble que en el gobierno pasado), los torneos de boliche, los pavos navideños, los trajes de casimir.

¿Querían más? Ahhh pues hay más.

Este fin de semana, la revista Contrapoder publicó un reportaje que le pinta una mancha más al tigre, al demostrar que en los últimos dos años, el Subdirector de Apoyo y Logística se ha encargado de adjudicar cerca de Q33 millones a una red de cinco empresas de cartón a las que él mismo está vinculado.

De este monto, al menos Q10 millones se esfumaron como en acto de ilusionismo, en la chistera del mago Marcel, en pagos por servicios que no fueron prestados, tanto en la reparación inexistente de vehículos (quizá por eso compran tantos nuevos), o en trabajos de remozamiento en edificios que en realidad fueron ejecutados por los propios agentes policiales.

Bien lo ha dicho en varias ocasiones el director de Contrapoder, Juan Luis Font: está claro que los señores del Partido Patriota “han puesto a la gata a retozar”.

Vaya si no.

Extrañamente, la edición completa de la revista Contrapoder desapareció en pocas horas, luego de ser publicada el viernes. Desconocidos llegaron a los comercios donde se distribuye a comprar todos los ejemplares.

Adicionalmente, hubo gente que se aproximó, radio en mano, a los motoristas que repartenContrapoder a los suscriptores y les ofrecieron comprar los ejemplares que llevaban y así evitar que estos llegaran a su destino.

Esto no pasa por casualidad: las ediciones de medios de comunicación no “se agotan” por gente que llega a acapararlas al por mayor. Resulta evidente, por una parte que existe una acción metódica y organizada, justo como se hace en un departamento de “apoyo y logística” para evitar la difusión de la revista y en especial, de su reportaje de portada, titulado Así se roba en la PNC.

No sé qué vaya a hacer el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, con esa joyita que tiene de Subdirector de “Apoyo y Logística”, pero luego de este escándalo, no puede hacerse de la vista gorda de que además de corrupto, es bruto.

Lejos de silenciar el reportaje de Contrapoder, con este burdo intento de acaparamiento y censura, lo que lograron los genios de la PNC fue potenciarlo.

En el mundo de la información digital, ni Washington ha logrado mantener bajo llave los esqueletos de los armarios. El reportaje de Contrapoder que intentaron ocultar se ha compartido con virulencia en redes sociales. Además, Juan Luis Font confirmó que ya está puesta la orden para realizar un nuevo tiraje de la revista y quienes quieran conocer la investigación con todos sus detalles, la podrán adquirir en las tiendas habituales.

No creo que los señores de la PNC se encarguen, ¡otra vez!, de adquirir todos y cada uno de los ejemplares.

La brillante idea de secuestrar una edición completa no es un invento del trío dinámico de la PNC. Ya ha ocurrido en otras ocasiones y a otros medios de comunicación.

Es preocupante, eso sí, que los brillantes funcionarios no aprendan porque semejante tozudez asusta. Da miedo que se les ocurran estas tonterías y otras peores.

En vez de acallar al mensajero, deberían enfocarse en moderar su voracidad. Han abusado demasiado y el descaro pasa factura, sobre todo cuando el tiempo se acaba.

Los amagos por censurar solo atizan el fuego de quienes exigen transparencia.

Publicado el 24 de noviembre de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Dina Fernández 
http://www.elperiodico.com.gt/es/20141124/opinion/5270/No-somos–ciegos.htm

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