El gobierno del Partido Patriota ha de estar haciendo como los presos de las caricaturas: dibujando palitos en la pared para contar los días que faltan para la Navidad, cuando los ciudadanos de este país suelen poner la mente en pausa.
Tan desesperados están algunos miembros del Partido Patriota que en los últimos días no parecen estar pensando correctamente. De hecho, no parecen estar pensando y punto.
Por ejemplo, ahí tenemos el caso del diputado Wilfido Gudiberto Rivera, quien acaba de interponer un antejuicio en contra de la magistrada Claudia Escobar por haberlo grabado mientras él intentaba presionarla para obtener un amparo a favor de la vicepresidenta Roxana Baldetti.
Los alegatos de don Wilfido Gudiberto son patéticos. Para comenzar, él y su abogado le pidieron la cita a la magistrada. Ella, temiendo que le hicieran una propuesta indecente, como en efecto ocurrió, tuvo la precaución de grabar la ahora famosa charla.
¿Qué hay de ilegal en documentar la plática? Nada… No es como que le hubieran hackeado la computadora o violado la correspondencia al diputado, cosa que los servicios de inteligencia sí hacen con las personas particulares.
¡Don Wilfi voluntariamente fue a platicar estupideces comprometedoras con la magistrada! ¡Ridículo resulta que los delincuentes aleguen ahora que se violan sus derechos a la privacidad cuando se les atrapa en alguna violación flagrante de la ley!
De manera risible, pero inexplicable, en el planteamiento de antejuicio contra Escobar, el diputado Wilfido Gudiberto también invoca la Convención de Derechos del Niño según la cual “ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada…”.
¿Será que vamos a ver a don Gudy disfrazado de nene en estas fechas, envuelto en pañal y chupando pepe, para convencernos ahora de que esto no le pasó “por pendejo”, como declaró acertadamente cuando se hizo pública la transcripción de esa plática, sino porque es niño de brazos?
Que ni trate, por favor, no queremos verlo con gorrito de encaje. Está claro, por la red de abogados que está usando, que aquí no hay “niñerías”, sino la intención manifiesta de recurrir a la misma telaraña de influencias que utilizaron para amarrar la elección de estas Cortes.
Lo más triste de todo es que los dislates de don Wilfido Gudiberto no han sido los únicos en el escenario político. En estos días, hasta el presidente Otto Pérez le hizo la segunda voz al diputado Rivera al solicitar a las personas que no han recibido pagos del Estado, que vayan al Congreso a hacer relajo y exigir que los diputados aprueben más deuda.
¿El mismo presidente fomentando disturbios a través de los medios? Pérez Molina no está inventando aquí el agua azucarada, pero llama la atención que el Ejecutivo recurra a dar golpes bajos de manera tan descarada, y además, asumiendo que la población, sobre todo la urbana, es estúpida.
La canción de “no tenemos dinero”, “no nos alcanza”, no se las va a creer nadie.
A estas alturas, la credibilidad de esta administración es cero en materia de transparencia. Mientras mantengan sin pudor gastos elevados y suntuarios, y mientras sea tan aberrantemente obvio el enriquecimiento de la cúpula gubernamental a costillas del Estado, no pueden argumentar que se quedaron sin fondos.
El Ejecutivo quiere conseguir, sí o sí, un presupuesto generoso para 2015. El año que viene hay elecciones generales y los oficialistas necesitan recursos para montar la piñata de la campaña.
En los próximos días, el circo financiero llegará a su máxima expresión: habrá instituciones que se queden sin luz ni agua y que no podrán pagar las planillas a cabalidad.
¿Va a beneficiarse el Patriota con ese juego? Yo no lo creo… Jugar con fuego es peligroso y a veces, contraproducente.
Publicado el 03 de noviembre de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Dina Fernández http://www.elperiodico.com.gt/es/20141103/opinion/4259/Credibilidad-cero.htm
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