En este análisis, producto de más de 20 años en el que el San Juan de Dios se ha convertido en mi segunda casa; he podido detectar lo siguiente: falta de reconocimiento del problema, presupuesto excesivamente pobre, administración incapaz falta de compromiso del Legislativo y Ejecutivo, inconsciencia, indolencia y conformismo de los profesionales de la medicina e ignorancia de la población.
Colocarse una venda en los ojos y negar el problema es común de parte de las autoridades superiores de Salud. El gerente de compras da mil excusas y protege al subdirector técnico de la falta de insumos, el director técnico protege y excusa al director ejecutivo, quien a su vez cubre al viceministro de hospitales, y este al ministro de Salud. Por supuesto, este último trata de que las deficiencias de Salud no afecten la imagen del Ejecutivo. Hasta ahora no conozco un gobierno que trate el problema de fondo, no lo ven, no lo verán o, peor aún, no quieren saber que existe.
¿Cómo tratar el problema si no se reconoce?
Del PIB (Producto Interno Bruto) apenas se invierte menos del 1% en salud pública. Este empobrecido presupuesto no cubre las mínimas necesidades de atención a nivel curativo; ni hablar de la prevención.
Las administraciones han sido incapaces de resolver el problema, llegando al extremo de que profesionales de la medicina debemos dejar nuestro campo de acción, y en lugar de resolver enfermedades de pacientes nos vemos envueltos en una asamblea tratando de resolver problemas que no nos corresponden.
Parte del problema se resuelve en el Ministerio, pero una considerable parte debe discutirse en el Congreso con calidad de urgencia. Sin embargo, la política es prioridad en diferentes curules. El Ejecutivo de este y pasados gobiernos no han enfrentado los problemas graves de Salud.
Hasta hoy, grupos de profesionales hemos dado un “hasta aquí” y estamos en una postura beligerante y exigente.
La conveniencia de tener un pueblo que no sepa que tiene derecho a salud favorece a los gobiernos. En Guatemala se toma como un favor ser atendido en un hospital, cuando es harta obligación el brindárselo.
Doctor del departamento de emergencia de adultos, Hospital San Juan de Dios.
Publicado el 14 de octubre de 2014 en www.prensalibre.com por Napoleón Méndez http://www.prensalibre.com/opinion/Las-soluciones-si-existen_0_1229877313.html
No Responses