El nepotismo: un cáncer que carcome las entrañas del Estado

El nepotismo, que no es más que la excesiva propensión, la desmedida preferencia de los gobernantes para privilegiar con empleos públicos y concesiones a su parentela y a sus amigos y amigas, es una característica de países pobres, en “vías de desarrollo”, países bananeros y pueblos folclóricos como lo es Guatemala.

El Presidente tiene de Secretario a su propio yerno y ahora lo impulsa, no obstante no llenarlos requisitos, para Presidente de la Corte Suprema de Justicia, para que en el futuro garantice su manto de impunidad. Su hijo, Otto Pérez Leal, es cierto, ganó con votos, con limpieza, democráticamente, la alcaldía de Mixco, pero cogobierna este municipio junto a su novia, la “licenciada” Stella Alonzo, que es quien parte el pastel en dicha Municipalidad. El propio Presidente, tiene de vicepresidenta, a la señora Baldetti, con quien mantiene una relación íntima, difícil de definir y la vicepresidenta tiene en el Poder Ejecutivo al menos seis parientes y muchísimas amigas y comadres. En Miami, Florida, tiene de Cónsul a la más fiestera de sus ahijadas, que se encarga, prioritariamente, entre otros alegres menesteres, de planificar y organizar las parrandas de sus hijos y cuyo padre, Jaime Aparicio, entrañable compadre de la Vice, es uno de los más grandes contratistas de construcciones del Estado. Los amigos de sus hijos conocidos como los fuchos, miembros de una de las primeras narcofamilias que ha habido en el país, tienen concesiones y facilidades en Puerto Quetzal, para sus negocios de polvo blanco que no es harina. Otros de los amigos favoritos de Baldetti, han pasado de respetables visitadores médicos a exitosísimos empresarios de medicinas, que facturan más de Q400 millones al año al Seguro Social. Como dicen, se predica con el ejemplo y si estas cosas suceden en el “Olimpo” chapín, qué se puede esperar que suceda entre quienes son terrenales. El nepotismo, la corrupción, el tráfico de influencias y el enriquecimiento ilícito son varios nombres para un solo cáncer que se derrama irrefrenable y multiplicado desde la cabeza hacia el resto del organismo del Estado. Es una mala mueca, ese aparente asombro de la Vicepresidenta ante la prensa porque la “corrupción está extendida entre mandos medios y bajos, alcaldes y gobernadores, que no se merecen estar donde están”. Y los reyes del cinismo, ¿dónde merecen estar?

Publicado el 01 de septiembre del 2014 en www.elperiodico.com.gt escrito por JOSE RUBÉN ZAMORA
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140901/opinion/1225/El-nepotismo-un-c%C3%A1ncer–que-carcome-las-entra%C3%B1as-del-Estado.htm

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