El círculo vicioso del endeudamiento

La insaciable necesidad de gasto en el Estado orilla, de nuevo, al Ministerio de Finanzas Públicas, a otra emisión de bonos del Tesoro, con la pretensión de captar Q3 mil millones, a fin de compensar el déficit fiscal y contar con recursos para el pago de deuda.
 

Si se concreta este plan, se caerá de nuevo en el círculo vicioso de endeudarse más para pagar a los acreedores. Esto acelera el crecimiento del pasivo nacional, que cerraría el año rondando los Q63 mil millones. Aunque los tecnócratas oficiales resten importancia a su impacto, con la falacia de que es manejable en el contexto del Producto Interno Bruto, representa un lastre que frena el crecimiento económico y las posibilidades de  bienestar para los guatemaltecos pobres, que son mayoría.

Entender los efectos públicos de contraer más deuda no es difícil si se compara con la economía de un hogar que carecerá de posibilidades de ahorrar e invertir con la expectativa de mejorar la situación de sus miembros, si gasta más de lo que percibe y se endeuda cada vez más con el auxilio de la tarjeta de crédito  y otros prestamistas leoninos.

En los últimos tres gobiernos, pero sobre todo en el actual, ha sido creciente la tendencia a emitir bonos y letras del Tesoro o gestionar créditos internacionales, porque la Superintendencia de Administración Tributaria ha fracasado en sus proyecciones para cubrir el presupuesto de gastos del Estado.

algunos expertos consideran acertado el endeudamiento cuando va dirigido al financiamiento de infraestructura para apuntalar la producción o hacia ámbitos sociales sensibles, como salud y educación o programas enfocados en sectores excluidos del desarrollo.

 Pero esa no es la tónica predominante en Guatemala, donde es constante el reclamo de los sectores productivos por la falta de carreteras, electricidad,  agua potable y otro tipo de prestaciones urbanísticas, y esa es la razón por la que un elevado porcentaje de la industria y los servicios se concentra en la zona metropolitana, en un asfixiante e incontenible fenómeno macrocefálico. De igual manera, es latente y hasta riesgoso el malestar de sectores  que ven con frustración la escalada presupuestal del Estado y el ensanchamiento de la brecha de los pocos que tienen mucho y de los muchos que viven en la miseria.

Gran parte del gasto público se destina a obras con escaso impacto social y otros montos importantes se diluyen entre el clientelismo y la corrupción. Este último flagelo, que se yergue intocable y fortalecido sobre todo en las aduanas, es a su vez la causa de que no se alcancen las metas de recaudación. Está demostrado que solo con el freno de ese drenaje y el manejo transparente del dinero, que ahora es raquítico, se contaría con recursos suficientes para salvar al país de la ruta dual hacia el despeñadero al que lo empujan tanto la falta de transparencia como el endeudamiento.

Existen suficientes razones para actuar con prudencia y responsabilidad ante opciones gravosas para financiar al Estado. Una de ellas va indefectiblemente enfocada hacia la herencia nefasta que deberán cargar y pagar los niños de hoy y ciudadanos del mañana, a quienes se resta, así, el derecho humano legítimo a aspirar a un mejor nivel de vida.

Publicado el 13 de agosto de 2014 en www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre
http://www.prensalibre.com/opinion/circulo-vicioso-endeudamiento_0_1192680745.html

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