JORGE JACOBS A.
Todos los plazos se cumplen. Este no podía ser la excepción. Hoy se termina el mes que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) les dio a los partidos políticos para retirar la propaganda electoral anticipada, con la amenaza de que, de no hacerlo, los suspendería. La pregunta del millón es: ¿Cumplirá el TSE sus amenazas? Yo espero que sí. Este proceso ha sido un interesante experimento sobre el cumplimiento de las normas. La norma que prohíbe la propaganda electoral anticipada no es nueva, ya lleva varios años en la legislación guatemalteca, pero nunca se ha cumplido. La mayoría de partidos políticos siempre han hecho caso omiso a la norma y se han dedicado a hacer propaganda electoral casi desde el momento mismo de la toma de posesión de un gobierno, con miras a las siguientes elecciones, cuatro años después.
En pocas palabras, les ha importado un comino la norma y la han violado sin ninguna consideración ni respeto. De nada han valido las llamadas de atención ni las multas impuestas por el TSE. De hecho, las penalizaciones son tan bajas —comparativamente hablando— que los políticos literalmente se han burlado de las mismas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los muy hipócritas y descarados no las han pagado, sino que han interpuesto procesos judiciales en contra, bajo la premisa de que, de no hacerlo, estarían aceptando la comisión de un delito. ¡Como si muchos guatemaltecos no hubiésemos visto las evidencias de sus faltas: vallas, muppies, postes, piedras pintadas y un largo etcétera!
Pero ahora la situación aparenta ser diferente. Los recientemente electos magistrados del TSE han hecho lo que ninguno de sus antecesores se atrevió: ponerles un ultimátum a los políticos. Los políticos aparentaron estar de acuerdo con la sanción y dijeron que rectificarían. ¿Lo habrán hecho realmente? Espero que hoy nos enteremos.
¿Qué cambió? Básicamente la gravedad de la sanción. Cuando sabían que la sanción era poca y que probablemente nunca la tendrían que pagar, a los políticos no les importó violar la ley. Ahora que ven la posibilidad de que su partido sea suspendido y que como consecuencia podrían perder el botín, digo, las elecciones del año entrante, el riesgo de no cumplir con la norma se incrementó considerablemente. Muy a su pesar, los políticos se han visto en la necesidad de cumplir la ley. ¿Irónico no? Tomando en cuenta que son quienes después llegan al ejercicio del poder, en algunos casos velando porque se cumpla la legislación y en otros incluso promulgándola.
Ahora el peso de la institucionalidad está sobre los magistrados del TSE. Si no cumplen sus amenazas, perderán cualquier respeto que se puedan haber ganado en los meses recientes, no solo de los políticos, sino especialmente de la ciudadanía. Hago un llamado a los magistrados para que se mantengan firmes en su postura. Hago también un llamado a la ciudadanía para que, aprovechando la tecnología actual, aportemos nuestro grano de arena a la institucionalidad enviando al TSE pruebas —fotos— de aquellos casos en los que los políticos no han cumplido con la norma.
Publicado el 03 de julio de 2014 en www.prensalibre.com http://www.prensalibre.com/opinion/Llego-dia_0_1168083192.html
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