Un censo para no abandonar el país

En una aldea de Totonicapán, jóvenes y autoridades comunales optaron hacer el trabajo del INE.

El pasado domingo, jóvenes de la aldea Chuatroj recorrieron el poblado para recabar datos.

 

Cuatro días antes, dos hombres desempolvaron los autoparlantes de los que son responsables, subieron a sus techos y los colocaron en lo más alto. Sus voces se escucharon en toda la aldea, debían recordar a los pobladores de Chuatroj, Totonicapán, que en los próximos días pasarían por sus casas para preguntar cuántos vivían ahí y en qué condiciones.

Dos hechos a nivel nacional provocaron que los pobladores tomaran la decisión de autocensarse. Primero, el último conteo nacional fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) hace 12 años, lo que significa que los datos son al menos un año más viejos. Por estándares internacionales se recomienda elaborar dicha estadística cada diez, para no caer en especulaciones.

Segundo, el creciente fenómeno migratorio que se ha hecho notar cada vez más en Chuatroj. “Es cierto que la migración beneficia económicamente, pero lo que nos queda aquí son familias desintegradas e hijos rebeldes que se vuelven consumistas”, afirma el alcalde comunitario Pablo Yax.

Casas vacías

 

Hasta el pasado domingo, los pobladores de Chuatroj estiman que son una población de 3 mil 500 habitantes. Durante el trabajo de preparación para realizar el censo se percataron que entre el 15 y 17 por ciento de las casas están deshabitadas, lo que equivaldría a un aproximado de 80 hogares abandonados.

“Son casas que dejaron los que se fueron y quizá no regresaron porque ya tienen una allá, o quizá es porque las perdieron. No se sabe, para eso quisimos realizar el censo”, explica Jacobo Dardón, del Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo (Incedes), entidad que acompañó la “fiesta cívica”,

La intención de la actividad, aseguran, no es solo cuantificar cuántos habitantes son, más bien, buscan conocer en qué condiciones laboran sus jóvenes, con qué activos cuentan en la comunidad, qué oportunidades tienen. Es decir, “queremos saber qué ofrece la aldea para que los jóvenes dejen de migrar”, agrega Dardón.

Teodora Baquiax, presidenta del grupo de jóvenes, asegura que este conteo apoyará los planes estratégicos de la comunidad y los proyectos de desarrollo que se deseen gestionar. Los resultados finales, por ser este un trabajo ad honórem en el que los jóvenes solo participan fines de semana, estarán listos para el mes de septiembre.

Publicado el 01 de julio de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Francisco Rodríguez 
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140701/pais/250085/

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