Dall’Anese y Tarantino

PEDRO TRUJILLO

 
Conocía las dotes literarias del anterior comisionado de la Cicig, pero ignoraba sus habilidades como guionista de cortometrajes. A pesar de no resolver ningún caso trascendente y salir por la puerta trasera —tras fuertes quejas contra su persona y forma de hacer las cosas—, tuvo, sin embargo, tiempo para escribir un libro y pareciera ser que también para otros menesteres. Hace pocos días se conoció un video que mandó realizar, pagó con fondos de Cicig e intervino personalmente seleccionando entrevistas con apoyo de su asesor político Aníbal Gutiérrez. ¿Qué hace una asesoría política en un ente investigador? Se confirma lo que siempre se ha dicho: juegan a la política y politizan la justicia ¡Bueno, la poca que queda, también es verdad!

Dall’Anese fue experto en fabricar y proteger a testigos que luego se desdijeron, en elaborar infames y falsos informes sobre jueces “corruptos” —su sucesor reconoció que lo hicieron sin indagar ni contar con información suficiente— y en amañar, con la anterior fiscal general y el exembajador USA, la extradición de Portillo —manifestada en una conferencia pública en Honduras—, entre otras habilidades. No continuó con la persecución penal del expresidente, eludiendo su deber y compromiso con “la justicia”, y declinó juzgar a Carlos Vielman, “por falta de condiciones” en el país. ¡Pilatescas decisiones!

El video de marras —referente obligado para Tarantino en alguna de sus obras futuras— está repleto de elementos surrealistas. Es inaudito que un ente cuyo trabajo es probar su tesis investigada ante tribunales utilice este tipo de artimañas con fragmentos de reportajes televisivos, entrevistas a personajes seleccionados por su ideología y opinadores sesgados —nunca testigos presenciales— e incluso agregue música emotiva para determinadas situaciones. No es un reportaje periodístico —que tendría un balance de opiniones—, sino el prepotente reflejo de quienes están acostumbrados a actuar con impunidad absoluta e inmunidad otorgada. Su soberbia fue castigada al ser expulsado de Cicig; también en un aeropuerto donde le impidieron embarcar por “bromear” con bombas. ¡Qué pedazo de juez-fiscal es usted, don Paco! Esos ticos nos lo endilgaron por unos años y se quedaron descansando.

De los hechos, el actual comisionado dice no saber nada —aunque con fondos de la entidad se pagó el video— y afirma que no hay copias en los archivos, lo que hace suponer que Dall’Anese o su asesor político se llevaron los originales. Don Iván —el actual— se resiste a que los estrictos protocolos de ONU sobre confidencialidad lo condenen por hablar mal o de más, y guarda el silencio cómplice necesario en esos organismos internacionales, donde US$25,000 al mes son suficientes para soportar lo que haga falta. El realizador del reportaje alega ignorancia supina y lo único que queda por pensar es que don Aníbal —el asesor— pudo filtrarlo para continuar con su afán de moverle la silla a su jefe —denunciado por un medio escrito nacional—, algo similar a lo que él padeció porque apenas duró unos meses de embajador de Argentina en Guatemala. O quizá Dall’Anese lo mandó difundir en este momento tan particular de sus fracasados casos. El final del cuento es que Cicig, en un alarde de dignidad o prudencia, pide retirar el video de internet porque sabe que la ha vuelto a cagar, diarrea continuada e imparable desde que inició con el complicado e ideologizado Castresana y fue continuada por el sibilino tico. Amigo Tarantino: si de esta no haces tu mejor película, ¡estás acabado, compadre!

Publicado el 03 de junio de 2014 en www.prensalibre.com 
http://www.prensalibre.com/opinion/DallAnese-Tarantino-Pedro_Trujillo_0_1150085000.html

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