Causas y efectos del fuego de ayer

El incendio ocurrido ayer en el mercado de La Terminal, que acabó con el medio de vida de cinco mil pequeños y medianos comerciantes, entre ellos mil 200 locales de ventas, y con ello provocó pérdidas de docenas de millones de quetzales, se convirtió una vez más en una muestra de las consecuencias del crecimiento desmedido, la falta de previsión y la irresponsabilidad de las autoridades, en especial las ediles citadinas.

En efecto, resultó conmovedor observar en las transmisiones televisivas a las víctimas de la destrucción causada por el fuego llevando desesperadamente agua en cubetas para enfrentar a las llamas cuyo tamaño obligaba a combatirlas con mangueras de alto poder. Esto puso en serio peligro las vidas de estas personas, así como las de los bomberos que llegaron a tratar de detener el fuego, originado por causas que no han sido determinadas todavía.

La hora en que comenzó el fuego, aproximadamente a la 1.30 de la mañana, fue factor fundamental para que no se convirtiera el incendio en una hoguera en la cual hubiera muerto una cantidad imposible de calcular, si todo hubiera ocurrido de día, cuando el lugar se encuentra repleto de compradores y de personas que venden toda clase de productos en todas las calles cercanas al mercado de mayor tamaño de Centroamérica.

Al respecto de la presencia de autoridades en el lugar de los hechos, se puede decir que no es aceptable el criterio del alcalde Álvaro Arzú, quien piensa que el mercado debe trasladarse a la Central de Mayoreo porque toda ciudad necesita de varios lugares parecidos para la venta de productos de primera necesidad y de otros bienes diversos.

Desmantelar La Terminal significaría que el amplio terreno que ocupa desde su fundación, hace unos cincuenta años, se convirtiera en un área que podría prestarse para negociaciones que caerían en la sospecha de malos manejos. Lo que la municipalidad debe hacer es intervenir para reducir en algo el tamaño del mercado y asegurarse de que tenga servicios de agua adecuados y, sobre todo, espacios libres que permitan el paso de las unidades y personal de socorro en caso de una emergencia.

Por aparte, es cuestionable la presencia en el lugar del presidente Otto Pérez Molina y de la vicepresidenta Baldetti, porque si bien se puede interpretar como una muestra de solidaridad con los afectados, también es un hecho que era un lugar donde había peligro para la seguridad personal de los dos altos funcionarios, ante la posibilidad de derrumbes, explosiones y otras situaciones similares e impredecibles.

El gobierno central tiene la obligación de coordinar y dirigir estudios en todos los demás mercados capitalinos para analizar las posibles consecuencias de una situación similar. Pensar en términos de seguridad en instalaciones a las que llegue el público no constituye una exageración, sino una acción que puede ser impopular pero que ayuda a evitar o a reducir la pérdida de vidas.

Publicado el 26 de marzo de 2014 en  www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre
http://www.prensalibre.com/opinion/Causas-efectosdel-fuego-ayer_0_1108689151.html

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