Con mucha elocuencia y detalles informaron de forma orgullosa que durante los dos primeros años de gobierno se habían producido y/o recuperado más de 600 kilómetros de carreteras, numerosos puentes; comparativamente la obra realizada superaba la totalidad de lo hecho por los dos últimos gobiernos. En otras palabras, en dos años habían realizado más obra que en los ocho años anteriores y que durante el año 2014 pretendían hacer tanta obra como lo habían hecho en los dos primeros años de gobierno.
El ministro señaló que gracias a la aprobación de la Ley de Túmulos, éstos estarían legalmente regulados y se evitaría que las municipalidades y los particulares colocaran túmulos “a su sabor y antojo”, de forma anti técnica, logrando con ello reducir el deterioro que estos obstáculos le producían a todos los vehículos que se movilizan día a día en el país: automóviles, buses, camiones y tráileres.
Como se puede comprobar en el Censo de Población y Residencia que obligatoriamente el gobierno debería haber hecho y que por razones políticas se está postergando, el departamento de Guatemala concentra la mayor población del país y siendo que la capital es la sede del gobierno, de la mayoría de los comercios e industria, el desplazamiento que día a día se hace de los municipios hacia la capital es mucho más elevado que el que se produce en el resto de los departamentos que integran el territorio nacional; sin embargo, son numerosos los caminos o carreteras que desde hace años no tienen mantenimiento, mucho menos reconstrucción; también los túmulos ilegales se han multiplicado por centenares.
Solo para citar un ejemplo, si nos trasladamos de la ciudad capital a la aldea Tacatón, en las márgenes del lago de Amatitlán, al pasar por el municipio y población de Villa Canales, desde el ingreso del pueblo al cruce con Santa Elena Barillas existen 17 túmulos a la ida y 15 túmulos a la vuelta, colocados en un recorrido de 3.5 kilómetros. Si dividimos el número de túmulos por el recorrido encontraremos que por cada 200 metros en promedio hay un túmulo, lo que de inmediato debería removerse tanto por el Ministerio de Comunicaciones como por la autoridad municipal. Otro ejemplo de lo indicado es el tramo carretero existente entre San Mateo y la ciudad de Quetzaltenango, en donde en un recorrido de 15 kilómetros hay 24 túmulos.
Una cosa es que al ingreso y egreso a una población haya un túmulo y que se controle la velocidad del tránsito en la carretera que atraviesa la población y otra es ese sobre abuso que deteriora los vehículos y complica la locomoción. Observemos qué tanto tiempo se lleva en respetar y aplicar la ley de túmulos.
En cuanto al mantenimiento del cruce de Santa Elena Barillas a Tacatón existen 157 baches (hoyos) que llevan más de seis años de no ser reparados.
Del kilómetro 27 al 28, ya en las orillas del lago, en el gobierno de Colom se produjo un derrumbe de grandes rocas las cuales solo empujaron al lago, pero el asfalto que se semidestruyó continúa igual, lo que ha producido varios accidentes y un día de estos uno de los autobuses extraurbanos se caerá al lago con las consecuencias fatales de muchos heridos y muertos.
A partir de marzo empecemos a contar, semana a semana, cuánto tiempo se lleva remover los túmulos, reparar los baches y el asfalto del ejemplo ya señalado.
¡Guatemala es primero!
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