Segundo informe de Gobierno

Hugo Maul R.

Todavía queda mucho por hacer y no  tiene tanto tiempo el partido de turno.

En asuntos de Estado, cuatro años son nada. Dos, la mitad de nada. Realistamente hablando, es poco lo que cualquier gobierno puede hacer en tan poco tiempo. El gobierno actual, al igual que todos los anteriores, no ha logrado concretar en estos dos primeros años muchas de las promesas que hizo en campaña. En algunos casos, el avance en el cumplimiento es mínimo; en otros no hay avance alguno; en otros más, la ejecución se encuentra entrampada en complicados procesos administrativos, y; las menos, son aquellas promesas que se cumplieron según lo previsto. En materias como aceleración del crecimiento económico, aumento de la inversión, promoción del empleo, mejora de la productividad, impulso a las exportaciones, reducción del costo de vida y desarrollo de oportunidades económicas en el interior del país, todavía queda mucho por hacer y no le queda tanto tiempo al partido de turno.

Más que un recuento de los logros durante su segundo año de mandato, el presidente podría aprovechar su segundo informe de Gobierno para disipar las dudas que se ciernen sobre el futuro de la política económica. En especial, en todo lo relativo a la atracción de nuevas inversiones y el empleo que estas podrían generar; el balance de las cuentas fiscales; el futuro de las leyes de competitividad, y algún tipo de acciones para afrontar las consecuencias de la crisis del sector cafetalero. Por ejemplo, es importante recordar que a partir de 2015 el país no podrá seguir utilizando incentivos a fiscales a las exportaciones como instrumento de política económica. Es decir, los únicos dos instrumentos de incentivos a la inversión existentes en Guatemala, que datan de la época de la Democracia Cristiana, están por dejar de ser operativos debido a disposiciones emanadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC). De no aprobarse una ley que modernice y alinee estos incentivos con la OMC se corre el riesgo que importantes inversiones y miles de empleos abandonen el país en busca de mejores condiciones en la región. Por ejemplo, El Salvador, que afrontaba el mismo tipo de restricción por parte de la OMC, aprobó hace un año una moderna de ley de incentivos a la inversión y empleo que deja a Guatemala en clara desventaja.

El listado de acciones que el Gobierno puede completar en estos dos últimos años de mandato, no incluye reformas trascendentales que sería poco creíble iniciar a estas alturas del juego. En todo caso, respecto de aquellas reformas que sí pueden finalizarse o perfeccionarse grandemente en dos años de gobierno, sería muy importante que el presidente adquiriera un compromiso creíble en la dirección correcta. Esto ayudaría mucho a moldear las expectativas de todos los agentes económicos, inversionistas, acreedores, productores y trabajadores, entre otros, sobre el futuro de la política económica del país y, de paso, podría hacer un poco más fácil la vida a todos los guatemaltecos y a quienes hereden el poder dentro de dos años.

Publicado el 14 de enero de 2014 en www.elperiodico.com
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140114/opinion/240904/

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