Broche de oro

El año se cierra y no hay que ser experto para concluir que el 2013 fue para la precaria institucionalidad del Estado un año difícil. El Congreso de la República registró, quizás sin exagerar, el año legislativo más inútil de la era democrática. Las bancadas más grandes se dieron a una sola tarea: boicotear la labor del Organismo Legislativo y con la excusa de una interpelación jamás integraron quórum para conocer de los problemas nacionales. Se llegó al colmo, que a la fecha, no se han electo a las personas que deben integrar

el Consejo del Ministerio Público y por eso un montón de funcionarios “cachados” en actos anómalos no han podido ser cesados y siguen siendo pagados por todos nosotros.

En el Organismo Ejecutivo se han dado denuncias cada vez más fuertes de corrupción. Es claro y evidente que cada vez el presidente está más solo y su partido más polarizado. Solo es cuestión de tiempo llegar a la fragmentación, y de plano para el 2014 arribar a acuerdos con el Congreso será complicado y complejo.

El Organismo Judicial en este año recibió un empuje inusual, pero efectivo, para fortalecer a la justicia civil y se les dotó de una infraestructura adecuada en la capital, además existe un plan claro para apoyar la justicia de Familia, lo cual es una luz al final del túnel; sin embargo, las dificultades registradas en la Corte Suprema de Justicia para la elección de su presidente deja un mal sabor y, por si fuera poco, las constantes denuncias de tráfico de influencias en materia penal son una constante que no se ha podido enfrentar.

Los tres Organismos del Estado registran sus problemas y dificultades, pero si esto fuera competencia hubiéramos creído que las municipalidades se hubieran llevado el banderín del premio mayor. Su escasa coordinación, su creciente corrupción, su abuso en el manejo de la tasa del alumbrado público, el nulo interés por normar principios de urbanismo y, sobre todo, la cantidad de funcionarios presos deja la impresión que eso que llamamos Municipalidad es un fundo donde bajo la noble bandera de la autonomía municipal se cometen fechorías y abusos sin parar.

Esto estaba en la mesa hasta que el Tribunal Supremo Electoral de plano se arremolinó y arrebató el suéter de líder para llegar a la meta como el ganador de los relajos institucionales del 2013. Este órgano dictó el decreto 2-2013, motivado por la repetición de elecciones en Nebaj, en donde literalmente de un plumazo se borró toda la normativa que tiene la Ley Electoral y de Partidos Políticos para regular las nominaciones de candidatos a elección popular, pero lo más grave, el lunes nos enteramos que cambió la fecha de elección, como si el manejo del tiempo en los procesos electorales fuera un aspecto discrecional.

Difícil dar un mensaje de esperanza con este escenario, pero una cosa es clara: esto puede cambiar si en realidad se construye una ciudadanía que esté interesada por su futuro y por su país. De esto no hay duda y esto pasa por los partidos políticos, sin partidos fuertes y serios, estas mismas líneas se leerán en 20 años porque nada cambiará a excepción de los actores.

Publicado el 11 de diciembre de 2013 en www.prensalibre.com por Alejandro Balsells Conde 
http://www.prensalibre.com/opinion/Broche-oro_0_1045695490.html

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