El auténtico “crunch chapín” cumple 45 años

En 1962, el Mercado Común Centroamericano (Mercomún) empezaba a despegar creando oportunidades para la industria nacional, cuando a José René Menéndez Martínez se le ocurrió montar una empresa de snacks bajo el nombre de Fábrica de Productos Alimenticios René y Compañía Limitada, junto a sus socios.

Su primer producto fueron unas frituras de tortilla que llamó Tortrix (trucos de tortilla). “La palabra Trix es fonético de tricks (trucos). Todo producto de boquitas que iniciaba como Tortrix de yuca, de papa, de plátano, de arroz, de maní se volvió genérico; se usaba para nombrar a todas las boquitas”, recuerda Menéndez, en un comentario en el blog. “Los chicleros y las golosinas clásicas” el 3 de febrero de 2006.

La creación de don René se popularizó y cruzó las fronteras nacionales, exportándose a El Salvador, Honduras, Nicaragua, México, además, los guatemaltecos los enviaban a sus familiares que lo degustaban con nostalgia en EE.UU.

Abuelos, padres e hijos, quién no recuerda haber saboreado una bolsita de Tortrix que en sus inicios costaba un centavo. Cuarenta y cinco años después, Tortrix todavía continúa siendo la marca líder en el mercado a pesar de la competencia de Señorial, Productos Diana de El Salvador, Dinant de Honduras, y otros productos Sabritas. El auténtico sabor del “Crunch Chapín” se vende ahora en nuevas presentaciones, con salsas de queso, tomate y un recetario inlcuido para elaborar platillos tradicionales “a la Tortrix”.

Orillado por la competencia y la globalización, René vendió en 1998 su fábrica a la mexicana Sabritas, filial del gigante estadounidense Frito Lay. Pero no perdió la vena empresarial. Capitalizó la empresa Productos Alimenticios ¡Ya Está!, S.A., fabricando nuevos productos como boquitas, bebidas instántaneas, frijoles, tamales, tacos, burritos, pupusas congeladas y listas para preparar, nachos, chicharrones, higos y nances en miel que exporta a EE.UU.

Don René, el inventor del Tortrix falleció el pasado martes a la edad de 74 años. “Es increíble cuando un nombre y un sabor llega a todos los guatemaltecos”, escribió aquel día en el blog, satisfecho de que su producto se convirtió en un ícono de la cultura popular guatemalteca.