Phillip Chicola
Los partidos minoritarios tienen la llave del Congreso.
En agosto, el Congreso aprobó el precedente 2-2013 que le otorga al Pleno la potestad de suspender una interpelación y entrar a conocer otros asuntos del Legislativo, si concurre el voto de 105 diputados. Con este precedente, alcanzar “el número mágico” de 105 se convierte en la llave de toda la dinámica parlamentaria, pues la mayoría calificada ya no solo se requiere para aprobar decretos de urgencia nacional, sino también para reabrir Congresos paralizados.
Es por ello que oficialistas y opositores compiten en una carrera por conformar alianzas con bloques minoritarios que les permita construir o impedir esa mayoría calificada. Veamos el juego de números. Mientras el Patriota aglutina una bancada de 55 legisladores, Lider ha acrecentado sus números hasta llegar a integrar a 39 diputados. Esto implica que el oficialismo requiere de 25 votos para constituir mayoría simple, y 50 para suspender interpelaciones y aprobar decretos de urgencia nacional. A su vez, Lider aspira a conseguir 15 votos más, para bloquear la ambición del oficialismo de llegar a los 105.
Esta competencia a ultranza tiene dos efectos. Por un lado, se presta a corrupción y compra de votos, pues el valor individual de cada voto se ha acrecentado. Por otro lado, incentiva las negociaciones “en paquete” y aumenta la capacidad de los partidos minoritarios de introducir temas en agenda. Veamos el caso reciente. La falta de recursos para financiar el Presupuesto 2013 obligó al Patriota a ceder ante las bancadas bisagra. A cambio del préstamo por US$200 millones, las bisagras condicionaron su voto a la aprobación de las Leyes de Transparencia y la Ley de Aduanas, mientras Todos y UNE empujaron la reforma a la Ley Electoral y las cuotas.
Con este antecedente es posible visualizar lo que ocurrirá en los siguientes días. La falta de sesiones recientes, no es más que el reflejo de la ausencia de un acuerdo entre oficialismo y bisagras para alcanzar los 105. La alternativa implica otra negociación “en paquete”. La mayoría de bancadas busca reducir el techo presupuestario para 2014; la UNE empuja una iniciativa para regular las tarifas del alumbrado público, y Creo impulsa la segunda parte de las leyes de Transparencia. En cambio, el Patriota necesita del préstamo por US$237 millones y el Presupuesto 2014. En este contexto, la moneda de canje es la Junta Directiva del Congreso.
Si el oficialismo quiere Presupuesto 2014, deberá ceder espacios en Junta Directiva, incluyendo quizá, la misma presidencia. Si quiere mantener el control de la Directiva deberá ceder con los techos presupuestarios para el siguiente año. Si no cede, el Congreso seguirá bloqueado y el Gobierno deberá operar el próximo año con el Presupuesto 2013. Mientras que para los bloques minoritarios, el precedente legislativo les da la llave de la dinámica parlamentaria.
Artículo publicado en el diario guatemalteco El Periódico, el día martes 19 de noviembre 2013.
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