Cristina

La realidad pura y simple es que Roberto Barreda está preso, Cristina Siekavizza está muerta y los hijos de ambos están prácticamente huérfanos. Ante una situación tal, no veo por qué tengo que estar quemando cuetes en la puerta de mi casa ni preso de absoluta euforia. La cosa podría estar peor, bien es cierto. Es decir, Barreda libre y los niños desaparecidos. Pero la detención del supuesto asesino de Cristina no evita que la tragedia continúe siendo la misma.

¿Celebrar que el Presidente y el Ministro de Gobernación hagan su trabajo? Pues para eso ganan en un mes lo que yo no llego a ganar en un año, para eso supuestamente endeudan al país con bonos y préstamos: Para cumplir con sus obligaciones, una de ellas, evitar que los maridos golpeen y asesinen a sus esposas, que los guatemaltecos se maten entre ellos mismos. Pues que Barreda esté preso, no va a impedir que casos parecidos sigan sucediendo diariamente y queden impunes.

 Pero, bueno, en un país como Guatemala, es alentador que las instituciones cumplan su función, que los delitos se persigan y la justicia se aplique. Lo que me desagrada de todo esto es el show político y mediático, el circo en el que convertimos un hecho a todas luces dramático. La muerte de una mujer de 34 años no es ocasión para levantar imágenes electorales ni para aumentar el rating. Una cuestión de ética, de respeto a las víctimas.

 No me alegra en lo más mínimo que Barreda haya sido detenido y esté preso. No puedo evitar sentir horror en las ejecuciones públicas. Lo único que podría celebrar es que Cristina esté viva y que dos niños no vieran su vida destruida por la violencia y la muerte.

 

Publicado el 12 de noviembre de 2013 en www.elperiodico.com.gt por Luis Aceituno
 http://www.elperiodico.com.gt/es/20131112/lacolumna/237780/

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