El oscuro pasado de Juan Carlos Monzón Rojas

El secretario privado de la Vicepresidencia fue capturado en marzo de 2001 durante un intento de robo de un automóvil. El Ejército le dio la baja por sospechar que realizaba actividades ilícitas y por mala conducta.

 Notas de Prensa: Nuestro Diario y Prensa Libre le dieron cobertura a la captura de Juan Carlos Monzón Rojas, Byron Moreno Molina y José Alfredo Moreno Serrano por robo de autos.

 

 

Viernes 16 de marzo de 2001, 19:55 horas. Un Mitsubishi Mirage, color gris, le da alcance a un Toyota Corolla Blanco que transita por la Calzada Roosevelt y 35 avenida, zona 7. De su interior descienden dos sujetos con pistola en mano que encañonan a su conductor para robar el automóvil cuando son sorprendidos infraganti por un auto patrulla de la Policía Nacional Civil (PNC) que transita por el sector.

Al ver que los oficiales de la Unidad de Fuerzas Especiales Policiales (FEP-08) de la Comisaría 14 descendían del vehículo policial, uno de los asaltantes se apoyó detrás del automóvil y efectúo varios disparos contra los agentes, los otros dos que se ubicaron en el arriate central hicieron lo mismo y el cuarto asaltante, desde el interior del auto, accionó también su arma acertando un disparo en el chaleco antibalas que portaba el oficial Byron Barillas Solares, quien resultó ileso. El faldón del auto patrulla recibió tres disparos más.

 

Tres de los delincuentes intentaron fugarse; el sujeto apoyado atrás del vehículo, al observar que los elementos policiales los detenían, disparó contra los agentes hiriendo a sus propios compañeros: Juan Carlos Monzón Rojas y Mario René Orellana Boche; los policías detuvieron al delincuente que disparaba (José Alfredo Moreno Serrano) al acertarle un disparo en el tobillo.

 

“Al ser reducidos” por los agentes, a Juan Carlos Monzón Rojas (de 33 años) se le decomisó una pistola calibre 3.80 marca Warning registrada a su nombre con un cartucho percutado; a Moreno Serrano (de 30 años) se le incautó una pistola calibre 9 milímetros marca Jericho; a Orellana Boche se le incautó un revólver calibre 38 marca Colt sin registro; mientras que Byron Marlon Moreno Molina arrojó su arma cuando intentó fugarse por lo cual no fue encontrada, según el parte redactado por los oficiales de la Comisaría 14.

Minutos después (a las 20:40 horas) arribó la unidad 55 de los Bomberos Municipales para trasladar a Monzón Rojas (con herida de bala en el tórax posterior con orificio de salida), a Orellana Boche (con herida de bala en el abdomen), a Moreno Serrano (con herida de bala en el tobillo izquierdo) y a Moreno Molina (con golpe contuso en la pierna izquierda que se ocasionó al caer cuando intentaba escapar) a la emergencia del Hospital Roosevelt, donde quedaron recluidos bajo custodia policial.

 

Orellana Boche falleció a las 5 horas del día siguiente debido a un shock hipovolémico secundario,

la bala le perforo un riñón y su corazón dejó de funcionar.

 

 

Los otros tres asaltantes fueron procesados por el delito de robo agravado y atentado, así como por pertenecer a una banda de robacarros que operaba en diversos puntos de la ciudad capital, según la primera declaración indagatoria realizada por Iván Hancer Bermejo Carrera, Juez Segundo de Paz Penal, horas después en el Hospital.

En la misma se abstuvieron de declarar Monzón Rojas, Moreno Molina y Moreno Serrano, según el proceso 3124-2001 del Juzgado Noveno de Primera Instancia Penal y cuyo expediente se encuentra en los archivos judiciales.

Sospechas previas

Los medios de comunicación le dieron cobertura a la captura. Nuestro Diario publicó que la PNC había capturado a una banda de robacarros integrada por Monzón Rojas y el hermano (Byron Marlon) y el primo (José Alfredo) de Alfredo Moreno Molina, el capo del contrabando quien estaba siendo juzgado por haber evadido el pago de más de Q60 millones en impuestos con el apoyo de una red integrada por militares.

La noticia no sorprendió a varios excompañeros de Monzón, quienes sospechaban que estaba involucrado en “negocios raros” cuando aún formaba parte del Ejército (ingresó a la institución militar en diciembre de 1992 tras graduarse de subteniente de Infantería en la Academia Militar de Honduras y fue dado de baja por convenir al servicio en 1998).

“Nosotros sospechábamos que desde los años noventa, Juan Carlos participaba en una banda de robacarros que operaba en la capital, y que luego trasladaba los vehículos a las fronteras con México y El Salvador donde eran utilizados para transportar drogas o los desmantelaban para vender las piezas”, recuerda un oficial de alta que solicitó no publicar su nombre por seguridad.

Eran tiempos convulsos. Tras la firma de la paz el Ejército debía reducirse; además de que estallaron varios escándalos de altos oficiales vinculados al narcotráfico, robo de vehículos y a la red de contrabando de Alfredo Moreno Molina, recuerda el militar.

 

 

Juan Carlos Monzón Rojas (atrás) con la Vicepresidenta Roxana Baldetti en enero de 2012, previo a la toma de posesión.

Durante su corto historial militar (de 1993 a 1998) el teniente Monzón Rojas fue sancionado con varios deméritos por desobediencia, mala conducta, incumplimiento de deberes, abandono del puesto y aprovecharse de su cargo para fines particulares (por este último motivo fue suspendido 60 días sin goce de salario, el 28 de junio de 1997, de acuerdo con su currículum vítae militar), según los testimonios de algunos oficiales superiores que lo recuerdan por su mal carácter y prepotencia.

Se rumoraba que Monzón tenía amistad con sospechosos de traficar drogas en Alta Verapaz; pero oficiales como el general Julio Balconi Turcios, ministro de la Defensa, y el coronel Walter Zepeda, actual jefe de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia, lo protegían, agregó.

En lugar de ser expulsado del Ejército, las autoridades superiores tomaron la decisión de darle la baja por convenir al servicio, aunque las razones principales eran las sospechas de que Monzón Rojas participaba en negocios ilícitos con otros oficiales que fueron depurados durante dicho periodo, así como por su notoria mala conducta, recuerda la fuente.

Al ser dado de baja, Monzón Rojas y su abogado, José Antonio Monzón Juárez, promovieron un amparo contra el coronel Hugo Leonel Aguilar Barillas, comandante de la Brigada Militar “Guardia de Honor” y contra la Junta de Honor de Segunda Instancia. La apelación de la sentencia llegó hasta la Corte de Constitucionalidad (CC), según el expediente número 40-1997 de fecha 6 de enero de 1998.

Juan Carlos Monzón: “No soy robacarros”

“Yo no necesito robar carros, tengo mi empresa, vendo teléfonos de Telefónica, es la distribuidora número uno”, declaró Monzón Rojas, al ser indagado por la jueza María Antonieta Morales, del Juzgado Noveno de Primera Instancia Penal, durante una improvisada audiencia realizada a las 14:30 horas en el área de Cirugía de Hombres del Hospital Roosevelt, el 20 de marzo de 2001.

“Mi error fue echarme los tragos con José (Alfredo) Moreno. Yo estaba tranquilo en mi oficina cuando me llamó el dueño del taller don Mario (Orellana Boche), le dije a mi socio que él me conseguiría unos repuestos de una camioneta que necesitaba. Entonces nos fuimos al taller, nos ofrecieron unas cervecitas y la esposa del cuidador nos hizo un ceviche, se nos acabó el dinero y decidimos ir a una cafetería llamada “El gordo y la flaca” en la zona 11 (en el Mercado El Guarda), debido a que ahí aceptaban cheques”, agregó Monzón en su declaración tomada por el oficial segundo.

Prosigue: “Luego de estar ahí un par de horas, decidimos irnos, yo debía ir a cerrar mi negocio, nos fuimos por la 13 calle, salimos por los campos de Cejusa en el Periférico, luego bajamos por el redondel para salir por la Roosevelt, cuando nos percatamos nos venía siguiendo la Policía, nos empezaron a disparar y traté de rebasar los carros. Los agentes me golpearon, luego me preguntaron dónde me había robado el carro y yo les dije que era mío, luego desperté en el hospital y ya no recuerdo nada”.

Byron y José Alfredo respaldaron la declaración de Monzón de que tras unas cervezas fueron perseguidos y agredidos por los policías. Monzón dijo conocer a José Alfredo desde 1992, fueron concuños.

Apoyo familiar para salir de la cárcel

Tras ser capturado por la Policía, toda la familia Monzón se movilizó para apoyar a Juan Carlos. Se ignora si su tío, José Antonio Monzón Juárez, un exmagistrado de la Corte de Constitucionalidad que le defendió cuando el Ejército le dio la baja en 1997 y quien entonces era viceministro de Trabajo, utilizó sus conexiones políticas para intentar liberarlo.

Incluso su primo, Jorge Luis Monzón Monterroso, fue arrestado días después al ingresar con una bata de médico hasta el área de cirugías cuando la Policía lo descubrió y lo arrestó. En su defensa, alegó que quería ver a Juan Carlos y como ya había terminado la visita decidió tomar prestada la bata para ingresar; Enio Rivera, director de la PNC, dijo que fue un intento fallido de fuga.

La situación de Monzón Rojas y los Moreno era complicada, sus abogados argumentaron a la juez que eran trabajadores y carecían de antecedentes penales, por lo que solicitaron su libertad por falta de mérito y que se trasladara a Juan Carlos al hospital de la Fuerza Aérea.

Monzón Rojas presentó cartas de recomendación firmadas por Sonia Lizethe Sequén Esquite y Rossanna Luz Girón González, ejecutiva y gerente de Cincotel, respectivamente, y la factura que demostraba la propiedad del Mitsubishi Mirage gris. Los Moreno presentaron cartas que laboraban en una empresa de reciclaje.

La jueza resolvió beneficiarlos con arresto domiciliario y prohibición de salir del país. Adicionalmente a Monzón Rojas se le impuso una caución económica de Q25 mil la cual hizo efectiva el 23 de marzo, según el Departamento de Tesorería del Organismo Judicial.

Las órdenes de libertad fueron giradas inmediatamente al Centro de Detención para Hombres de la zona 18, según los registros 628729, 628730, 628731.

Juez da sobreseimiento del caso

El 17 de octubre de 2001, los fiscales del Ministerio Público (MP) solicitaron el cierre provisional del caso a pesar de que los oficiales de la Unidad FEP-08: Edgar Alfredo Donis Ramos, Donis Osmin Pérez Flores, Byron Barillas Solares, Jorge Luis Atanacio, Yuri Orlando Ramírez González, Osman Gudiel López y López, declararon en su contra.

“Luego de realizado el proceso de investigación no es posible incorporar elementos de prueba para solicitar la apertura a juicio, debido a que no se logró localizar al agredido (se omite su nombre por seguridad), y por ello no se cuenta con su testimonio, pese a que se le notificó en tres ocasiones, en fecha 10, 29 de mayo y 30 de abril sin obtener respuesta”, se lee en un oficio del MP contenido en el expediente judicial.

El 6 de noviembre le fueron devueltos los Q25 mil de la fianza a Monzón Rojas y su vehículo. Y el 5 de febrero de 2002, la Dirección General de Migración levantó los arraigos. Las armas les fueron devueltas con la condición de presentarlas a inspección si se los requerían.

Cinco años después de ocurridos los hechos, los abogados de Monzón Rojas se presentaron ante el Juzgado Noveno de Primera Instancia Penal, a cargo del juez Nery Oswaldo Medina Méndez, para solicitar el sobreseimiento del proceso penal debido a que no existían fundamentos jurídicos para sustentar la acusación y que en el tiempo transcurrido no se inició una nueva investigación, memorial incorporado el 9 de noviembre de 2006. Tras analizar el caso, el juez decidió otorgar el sobreseimiento el 11 de enero de 2007.

Aunque la presunción de inocencia de Monzón Rojas continúa intacta, en cualquier país del mundo este incidente habría sido un lastre para desempeñar un cargo público, pero no en Guatemala; no solo ha logrado desarrollar una exitosa carrera empresarial, preside una empresa que ha construido pistas y canchas con grama sintética para el Ministerio de Cultura y Deportes y la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG), y actualmente es el Secretario Privado de la vicepresidenta Roxana Baldetti (devenga un salario de Q30,797 al mes). Monzón es vocal VIII del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Patriota y recaudó fondos durante la pasada campaña electoral. Se le trató de entrevistar para este artículo, pero al cierre de la edición no respondió a la solicitud a través de Karen Cardona, jefa de prensa de la Vicepresidencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antecedentes penales

 

Byron Moreno Molina fue investigador del Ministerio Público (MP). El 30 de julio de 1993 fue condenado a un año de prisión conmutable a razón de Q1 diario y responsabilidades civiles por Q10 mil, al ser encontrado culpable del delito de lesiones culposas, sentencia que fue ratificada en segunda instancia el 14 de abril de 1994, según archivos del Organismo Judicial. Además tenía una orden de captura por el delito de lesiones graves girada por el Juez Segundo de Primera Instancia Penal de Puerto Barrios, resolución emitida el 8 de junio de 1995 según la providencia número 12547-95.

Estos antecedentes penales no fueron incorporados dentro del expediente del caso sino hasta varios meses después de que el MP solicitara la clausura provisional del proceso penal.

A Mario René Orellana Boche se le encontraron dentro del vehículo Mitsubishi Mirage tres cédulas con distintas identidades; además había cumplido una condena por el secuestro del niño Juan de Dios Aguilar en 1998, informó Enio Rivera, director de la PNC, a los medios de comunicación. Además una investigación realizada por Impunity Watch (Reconociendo el pasado, desafíos para combatir la impunidad en Guatemala, 2008) cita su nombre como un comisionado militar implicado en secuestros durante el conflicto armado que fue rechazada su amnistia bajo la Ley de Reconciliación Nacional.

Publicado el 11 de noviembre de 2013 en www.elperiodico.com.gt por J. R. Zamora
http://elperiodico.com.gt/es/20131111/investigacion/237716/

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