el sistema fiscal del país con eficiencia y con honestidad. Esto implica ser eficiente en la recaudación, y luego asignar los recursos a los ministerios que logran el mayor beneficio para la población.
En Guatemala, la Constitución le pone exigencias al ministerio de Finanzas, dejándole poco campo para ser creativo.
Pavel Centeno asumió la cartera de Finanzas hace casi dos años, y lo primero que hizo, con el fin de incrementar la recaudación, fue enviar al Congreso dos iniciativas de ley, que nuestros diputados aprobaron sin leer, emitiendo los Decretos 4-2012 y 10-2012.
Estos decretos fueron redactados por personas sin criterio, y aparentemente con cociente intelectual muy limitado. Ambos decretos están plagados de inconstitucionalidades, y de artículos que muchos hemos calificado de terrorismo fiscal. Este paquetazo fiscal es propio de una sociedad fascista, pero para Centeno era el arma idónea para incrementar los ingresos, y poder financiar un presupuesto de gastos del Estado, a todas luces irresponsable.
Muchos columnistas, además de líderes empresariales, alzamos nuestra voz de alarma ante semejante monstruo fiscal, y las consecuencias funestas que se vendrían.
En efecto, la recaudación cayó, la confianza en el país se perdió, las inversiones se fueron a otros climas fiscales, y la corrupción se incrementó.
Por su lado, Pavel Centeno no tuvo la vergüenza de enfrentar las consecuencias de su plan terrorista fiscal y renunció “por motivos de salud”.
Lo mínimo que debiera hacer este ministro –posiblemente el peor de nuestra historia– es reconocer que su gestión fue un fracaso total, ya que nos deja dos leyes fiscales, ya mutiladas por la CC, que no cumplen con el objetivo de mejorar la recaudación ni con el objetivo de reducir la corrupción.
Por el lado del presupuesto, este señor nos deja el más alto de la historia, totalmente desfinanciado, lo cual está llevando la deuda pública a niveles récord.
Señor Centeno, sea consciente del daño y póngase una playera con la leyenda “Yo no tengo vergüenza”.
Publicado el 30 de octubre de 2013 en www.elperiodico.com.gt por Federico Bauer Rodríguez http://www.elperiodico.com.gt/es/20131030/opinion/237008/
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