que le hubiera implicado posibles inconstitucionalidades, pero tampoco la salida que adoptó significa un combate frontal contra las mafias que controlan la defraudación tributaria y el contrabando. Más bien pareciera una medida para la coexistencia pacífica con ese poder paralelo en las aduanas.
PÉREZ MOLINA PERDIÓ el norte con la salida de Pavel Centeno y su catastrófica gestión al frente de Finanzas, donde sobredimensionó los ingresos fiscales, sin ningún asidero real. Había que encontrar a los culpables de que las cuentas no les cuadraran y estos supuestamente están en las aduanas. A falta de tecnócratas y procesos de modernización tecnológica, el gobernante vuelve a repetir la fórmula de utilizar al Ejército cuando cree que se le acaban los caminos. Un recurso muy propio de su formación castrense y su limitado acervo político. El problema es que las fuerzas de seguridad están en un campo para el cual no han sido preparadas.
¿QUÉ CAMBIOS PODRÁ introducir la presencia del Ejército en las aduanas? Creo que muy pocos, porque no está contemplado su involucramiento en un hipotético proceso de reingeniería ni de limpieza de las bandas que operan en esas áreas. Entonces para qué está. No se puede negar el riesgo de otro proceso de militarización y de eventuales componendas con las mafias. Es indudable que esta es otra medida paliativa porque las fuerzas de seguridad tendrán la función de dar una imagen de mayor seguridad sin modificar el poder de las estructuras maliciosas que controlan las aduanas. Basta y sobra para que en los próximos tres meses —tiempo estipulado para esta “intervención operativa”—, las redes mafiosas generen la ilusión de que se mejora el ingreso tributario en las aduanas, o sea que le den alguna migaja al Gobierno, para que Pérez Molina se sienta feliz y satisfecho con sus presuntos logros.
FALTA AÚN DETERMINAR cuál es el objetivo real del Gobierno. ¿Será que le interesa combatir al crimen organizado en las aduanas, que es el amo y señor del contrabando y paso de drogas, y que impone medidas discrecionales? ¿O será que a Pérez Molina solo le interesa aumentar los tributos sin tocar esas estructuras? A como van las cosas, pareciera más lo segundo porque el apremio oficial es incrementar los ingresos fiscales a como dé lugar, y si eso se logra con la introducción de “cambios para que nada cambie” —como suele decir la ministra de Finanzas en funciones— todos en santa paz.
Publicado el 30 de octubre de 2013 en www.prensalibre.com por Haroldo Shetemul http://www.prensalibre.com/opinion/Intervencion-paliativa_0_1020497957.html
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