HUMBERTO PRETI
Esta semana, en una ra- diodifusora local, en un programa vespertino, se presentaron líderes comunitarios de Santa Cruz Barillas, Huehuetenango. Encabezaba al grupo el señor Mateo Francisco Pedro, en representación de 14 comunidades y más de 300 caseríos. El señor Pedro vino a denunciar la falta de representatividad que los que están oponiéndose a cualquier proyecto se adjudican. Los señores de la etnia canjobal manifestaron su desacuerdo con las personas que están creando un ambiente de zozobra dentro de una población trabajadora y pacífica. Dijeron estar de acuerdo con las hidroeléctricas pues gran parte del municipio se encuentra a oscuras.
En estas semanas resaltó la desinformación masiva, cuando más de algún líder asegurara que el soldado asesinado en Barillas estaba manipulando una bomba lacrimógena, la que inexplicablemente se convirtió en una bala 9mm que le causó la muerte. ¿Qué pasa con este caso? ¿Dónde están los responsables?
Muchos nos preguntamos ¿por qué si son mayoría no salen a enfrentar a los que están causando problemas? Esto nunca se llevará a cabo, esas mayorías están concentradas en su trabajo y preocupadas por el pan de sus hijos, mientras los otros no tienen que preocuparse, pues están financiados por las ONG que quieren desestabilizar al país.
Así como en Barillas, en diferentes puntos del país se maneja una serie de mentiras, y lo peor que ya las han repetido tanto que ellos mismos se las creen. Me encontré a uno de esos políticos socialistas fracasados y me aseguró que él vio entrar el agua limpia a una hidroeléctrica y salir sucia, además ahora salía tan poca agua que la gente ya no podía regar sus cultivos. Además de mentiroso, ignorante y malintencionado. Otros dicen que por estar cerca de una planta de generación, o de un cultivo de palma, está en peligro la vida de los lugareños. ¡Por favor!
Se escribió un artículo que decía “San Rafael Sin Flores”, por los daños que causaba una minera que a la fecha no ha comenzado a producir ni un gramo de plata, y se hizo un viaje a Europa para denunciar las muertes infantiles causadas por una cementera que no tenía puesta la primera piedra.
Por supuesto, esas mentiras y acciones abren las bolsas de incautos donantes a los que les enseñan fotos y videos de otros lados y de otro tiempo.
Ahora salen grupos a protestar porque bajaron los precios del cardamomo y quieren que sea el Gobierno el que les diga a los árabes que suban el precio, o que el Gobierno fije precios y absorba las pérdidas, y por ello ya se arman bloqueos en carreteras. Comprendemos que a su molestia se suma el que el Gobierno no ha devuelto el IVA, devolución que corresponde por ley para los productos de exportación. Esta deuda no solo es en el caso del cardamomo, va para el café y otros productos. Pero la realidad es que se está buscando cualquier pretexto para hacer bochinche.
Por lo menos, al fin el Comité Nobel en Noruega otorgó el Premio Nobel de la Paz a una organización que lo merece y no a personas u organizaciones que viven del conflicto armado y la confrontación. En esta ocasión le fue adjudicado a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW, en inglés). Ojalá en adelante recupere su prestigio, pues las lista de guerreros, guerrilleros y terroristas entre los galardonados lo hacía parecer un premio a la guerra. No cabe duda de que con engaños y mentiras se llega lejos.
hupretij@hotmail.com
Artículo publicado en el diario guatemalteco Prensa Libre, el día sábado 12 de octubre 2013.
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