“Por ser Niña”

Por ser niña. Por reclamar que tiene el derecho de decir lo que quiere. Por expresar que su mayor deseo es que todas las niñas y niños de Pakistán asistan a la escuela, Malala Yousafzai, de 16 años, sufrió un atentado mortal de un grupo talibán el 9 de octubre del 2012. De milagro sigue viva. Su valentía, determinación y elocuencia han generado admiración en el mundo entero. Ha sido nominada al Premio Nobel de la Paz 2013. ¿Una niña-adolescente? ¿Y por qué no? “Las voces genuinas de jovencitas como Malala
 

son las que generan reflexión y cambios de actitud en los adultos… pueden cambiar el mundo”, afirmó el Clarinero.

En Guatemala como en Pakistán, las niñas viven en condiciones de horror. Es muy común que en sus hogares les griten: “sos una burra” o “ no servís para nada”. Son menos que basura. Son víctimas de abuso sexual, agresión física, violencia psicológica, dominio económico y se les niega el derecho a la educación. Un botón de muestra: ¡el promedio de escolaridad de las niñas indígenas en el área rural guatemalteca es de 1.2 años! En el año 2012 se registraron 32 mil partos en niñas de menos de 18 años. Estas escalofriantes cifras solo son la punta de un iceberg.

Plan Internacional es una organización humanitaria a favor de los derechos de la niñez. Presentó la iniciativa de crear un día especial de la niña para llamar la atención en el mundo sobre su situación. La Asamblea General de Naciones Unidas decretó el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, en el 2011.

Esta semana, Plan Internacional lanzó su campaña global “Por ser Niña”. En Guatemala han trabajado un programa de orientación con grupos de niñas para desarrollar sus capacidades, su autoestima y confianza en ellas mismas para controlar sus vidas. Estas jovencitas están siendo agentes de cambio en sus comunidades. Se han atrevido a alzar su voz para derribar poco a poco las barreras impuestas por el “gobierno de los padres”, o sea el sistema patriarcal.

Asistí a un conversatorio organizado por Plan-Guatemala, como parte de los eventos de esta campaña. Escuché el testimonio de cinco niñas-adolescentes de diversos municipios del país. Con soltura y coherencia manifestaron las enormes dificultades que han enfrentado con sus familias, maestros y líderes religiosos para abrir espacios de diálogo en sus comunidades, para discutir temas considerados “prohibidos” como salud sexual y reproductiva, los derechos de la niñez, la violencia y la inseguridad en los hogares y en las escuelas.

Estas jovencitas son líderes de otros grupos que replicarán el mensaje de que una niña sin educación está condenada a una vida sin futuro. En cambio, si culmina nueve años de escolaridad su vida será totalmente diferente. Se casará más tarde. Tendrá menos hijos. Se conservará más sana. Incrementará sus ingresos. Luchará para que los derechos de sus hijas e hijos sean respetados. Romperá el ciclo de pobreza y de violencia intergeneracional. “Y entonces el mundo empezará a cambiar”, susurró el Clarinero.

 
Publicado el 10 de octubre de 2013 en www.prensalibre.com por Rita María Roesch
http://www.prensalibre.com/opinion/Nina_0_1009099101.html

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.