Los fiscales y agentes policiales inspeccionan el lugar donde fue localizado el cadáver de la niña en Casillas, Santa Rosa. (Foto Prensa Libre: Oswaldo Cardona)
Reina del hula hula
Las risas de María Elena Hernández podían escucharse hasta el corredor cada vez que su maestra de preparatoria volvía a abrir las páginas de “Don Chancho”. La historia del cerdito enamorado que con ayuda de un tigre, un león y una cebra preparó un hermoso día de campo era la que solía buscar siempre en el cajón de libros.
El viernes anterior los ojos de Hernández se abrieron desmesurados ante aquel descubrimiento: el hula hula.
María Luisa Cruz, su maestra en la escuela de Casillas, Santa Rosa, apareció en el umbral de la clase con los aros de colores. Pronto la menor aprendió todos los usos de la rueda mágica. Fue el último día que asistió a clases.
El martes siguiente la comunidad se organizó para buscarla. Su pequeño y frágil cuerpo apareció dos horas después de haber salido de su casa, al filo del mediodía. Todos reconocieron a la reina de la escuela como a la niña que los forenses determinaron que fue violada y estrangulada. Era huérfana, vivía con sus tíos y solamente tenía 6 años.
La víctima es parte del 6.11 por ciento de la población de niñas que el Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que hay en el país, de 15.4 millones de habitantes.
De haber quedado viva se habría sumado a la lista de 320 niñas de entre 5 y 9 años evaluadas por los médicos del Inacif de enero al 16 de julio últimos, con indicios de violencia sexual. En total esa institución ha realizado mil 654 exámenes en menores de 14 años por esa razón.
Las leyes guatemaltecas establecen que cualquier embarazo en una niña menor de 14 años es una violación. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el 2012 se registraron cuatro mil 222. Las estadísticas de enero a julio de este año dan cuenta de mil 396.
Según la perito en psicología forense Silvia Ocampo, del Inacif, las agresiones físicas y psicológicas en las niñas ocurren cada vez por motivos más intrascendentes, como pequeñas travesuras, incumplimiento de tareas y desobediencia.
Sin embargo, el motivo de fondo son muchas veces las relaciones disfuncionales entre los padres.
Usualmente el agresor es un conocido o alguien cercano a su entorno.
El 90 por ciento de niñas trabajan en el hogar. El 70 por ciento de las adolescentes sufren violencia intrafamiliar causada por el esposo o la pareja, ya que tienen una relación a temprana edad con personas mayores, según los datos divulgados ayer.
El dato fue revelado en la presentación del Compendio Estadístico sobre la Situación de Niñas y Adolescentes, realizado por el INE, el Fondo de Población de Naciones Unidas y ONU Mujeres.
Pequeñas testigos
La presencia de niñas, como víctimas o testigos, es cada vez más frecuente en los juzgados.
Miriam Ruyán es jueza del Tribunal Segundo de Femicidio y la testigo más pequeña que se ha presentado a su judicatura tenía 5 años.
En estos casos los jueces se guían por un conjunto de reglas y principios internacionales que se conocen como las “directrices de justicia concernientes a los niños víctimas y testigos de delitos”, de la Organización de Naciones Unidas, explicó Ruyán.
La pequeña María Elena Hernández ya no estrenará su toga y su birrete azul en la graduación de preparatoria. La única petición de su maestra —en el Día de la Niña, que se celebra hoy— es que el crimen no quede impune.
Trata
La última estadística de Unicef reporta 2,073 víctimas de trata hubo entre 2000 y 2011.
75 por ciento eran niñas y adolescentes.
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