Certero revés a estructura criminal

En lo que va del año, las autoridades han montado varios operativos para detener principalmente a pandilleros en las áreas marginales, y en un caso reciente a un numeroso grupo de trabajadores del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, a quienes se señalaba del manejo oscuro de fondos, aunque las evidencias no fueron concluyentes y no fueron vinculados a proceso, con lo cual cabe comentar que si bien estos operativos son mediáticamente llamativos, deben ir acompañados de investigación efectiva para que sus resultados sean ejemplares.

En todo caso, para nadie es un secreto que existían fuertes sospechas sobre la “legalización” de muchos automotores robados en el país que al poco tiempo aparecían en manos de nuevos propietarios, y hasta se llegó al extremo de que algunos rufianes vendían más de una vez el vehículo porque podían clonarle el registro, y de esa manera fue estafada mucha gente que se quedaba sin recursos y sin auto; todo al amparo de documentos aparentemente legales.

Ojalá en esta ocasión las autoridades reúnan las pruebas necesarias para procesar a los sindicados, entre quienes, sin duda, habrá algunos policías y otros agentes aduanales, porque no se puede delinquir con tanta facilidad sin que se enteren quienes tienen la misión de vigilar precisamente el trasiego de carros robados y que en los territorios vecinos de El Salvador y Honduras habían encontrado plaza libre para comercializarlos o robar allá y vender aquí, lo que demuestra la dimensión y peligrosidad de los integrantes de esa banda.

Si los señalamientos culminan como condenas ejemplares, se podrá hablar entonces de un mensaje eficaz a la delincuencia de que el crimen no paga, aunque para eso habrá que conseguir mayor consistencia por parte del sistema de seguridad y justicia, que no debe claudicar en reducirle espacios a la delincuencia. Todo esto, por supuesto, sin el persistente autobombo que en ocasiones se anticipa y el derroche de entusiasmos termina en un fiasco cuando llega la hora de convencer a los juzgadores, que deben quedar convencidos de manera irrefutable.

Es momento de que también el ataque al crimen trascienda la esfera de la delincuencia marginal y se combata de manera frontal a quienes abusan de posiciones de privilegio para enriquecerse de manera vil con el sufrimiento de muchas víctimas, y peor cuando hay muertes de por medio. Para ello, claro está, no se discute la necesidad de mejorar las asignaciones presupuestarias, que deben ir de la mano con un adecuado y transparente manejo de los recursos, a fin de que no quede duda de cuál es el rumbo que deben tomar las autoridades honestas.