Violencia crea insensibilidad

Al parecer, la violencia se ha convertido en una realidad cotidiana en el país, lo cual ha ocasionado que la población se muestre cada vez más insensible e indiferente ante el dolor ajeno. Las grandes tragedias, como los accidentes viales y los fenómenos naturales, también generan un impacto emocional en la población.

Este fenómeno fue analizado ayer por Ana Silvia Monzón, socióloga y especialista en género, y Mariano González, psicólogo social especializado en violencia política, durante el programa Diálogo Libre, que se transmite por www.prensalibre.com.

Los expertos destacaron la necesidad de la prevención y la educación desde la familia. Insistieron, además, en que la sociedad una esfuerzos para generar una actitud positiva.

¿Nos hemos vuelto insensibles ante la violencia?

Monzón: Esa premisa es una generalización. Considero que hay cierta insensibilidad en algunos, pero creo que aún nos afecta el dolor ajeno.

González: A mi parecer, cada vez somos más insensibles, aunque es evidente que la reacción no es la misma que en la época de nuestros abuelos. Entre estas generaciones media una historia de violencia que se originó durante la guerra interna. El general Alejandro Gramajo —ministro de Defensa durante el mandato presidencial de Vinicio Cerezo— reconocía que uno de los efectos del conflicto es que se empezó a perder el aprecio por la vida.

Una sobrexposición de estímulos genera, en algunos grupos, una desensibilización sistemática, como una forma de defenderse frente a la violencia.

¿Qué se debe hacer cuando estas escenas las presencian los niños?

Monzón: Los medios de comunicación nos saturan de imágenes, y si no hay un manejo responsable, influye en esa insensibilidad e indiferencia.

González: Cuando hay un muerto por violencia, un grupo de gente lo rodea y hasta se ponen a vender. Eso es una “normalización de la violencia”. Considero que existe una tendencia a ser menos sensible, y eso se explica por que no se puede mantener el dolor en forma permanente, pues eso sería desgastante.

¿Consideran que se ha perdido la solidaridad?

González: Es común ver en la calle a gente con reacciones que para otras sociedades serían anormales o paranoides. No son patológicas sino producto de la continua desconfianza ante el prójimo. Tanta violencia y autoritarismo crea relaciones humanas que pueden llegar a ser no solidarias; sin embargo, esto se agudiza más en las áreas urbanas que en la provincia.

¿Hemos llegado a la psicosis?

González: Creo que no. Hay momentos que se generan ciertos miedos, aunque manifestamos muchas defensas y formas de relación inadecuadas como desconfianza, angustia y miedo.

Los usuarios de las redes sociales opinan que ya no es sorpresa la muerte violenta y que esto conlleva a un estado de resignación. ¿Qué opinan?

Monzón: Quienes vivimos en la ciudad estamos bajo el asedio de imágenes que nos motivan a tener miedo a salir. Por otro lado, hay fuerzas poderosas porque, a pesar de estos mensajes, salimos y lo vemos como un desafío personal y colectivo. Claro, hay límites, pero en general nos motivamos para continuar pese a la violencia. No podemos resignarnos. Por eso es importante que nos organicemos, para exigir seguridad a las autoridades.

¿Cómo se puede aportar para la solución de esta problemática?

González: La familia puede contribuir en no alentar el uso de la violencia. De lo contrario, surgen reacciones entre la población como “combatir violencia con violencia” o que muchos estén de acuerdo con los linchamientos. Por eso, insisto, hay que hacer un esfuerzo colectivo de educación para mostrar que la violencia no se resuelve con medidas represivas.

Un usuario de las redes sociales cree que la población deposita su confianza en las autoridades, pero que los honrados son más castigados que los ladrones. ¿Cuál es su opinión?

Monzón: Hay mucha ignorancia y por eso se dan estos comentarios. En Guatemala se firmó en 1993 una convención para erradicar la violencia contra las mujeres, misma que en una sola frase sintetiza un programa: “Prevenir, sancionar y erradicar”. En efecto, creo que nos hemos olvidado de la prevención, y por eso se deben hacer muchos esfuerzos en ese sentido, pues tiene que ver con desmontar una cultura autoritaria.

Otro cibernauta opina que “el ser humano se deshumaniza” y que “la violencia pasa a ser parte de lo cotidiano”.

González: Muchos mensajes expresan resignación y desesperanza, lo que corrobora el impacto de nuestra visión del mundo. Insisto en que debe hacerse una fuerte campaña de prevención y educación.

Si hay niños viviendo en este ambiente, ¿qué sociedad esperamos cuando sean adultos?

Monzón: Se da lo negativo, pero debemos valorar las acciones positivas como la lucha diaria de la gente. No todo está perdido y debemos tener una cuota de optimismo y confianza en los proyectos de vida y comunidad, pues las capacidades humanas son infinitas.

González: Hay que reconocer que los hechos de violencia pueden llevarnos a niveles bajos. Esperamos revertir esta situación para la niñez y que crezcan en un ambiente más humano.

Publicado el 16 de Septiembre 2013 en www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre 
http://www.prensalibre.com.gt/noticias/justicia/Violencia-crea-insensibilidad_0_992900776.html

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