Respetemos las leyes

A raíz de la polémica pero positiva reforma a la Ley y Reglamento de Tránsito, renglón motoristas, con criterios a favor y en contra, como sucede siempre en nuestro medio, la cual concluyó con la rectificación de varias medidas, gracias al diálogo abierto, comprensión, aportación de nuevas y mejores opciones, es oportuno insistir en que si anhelamos una Guatemala mejor, como exigimos, debemos todos cambiar, aportar, sacrificarnos, ser honrados, responsables y respetuosos de las leyes, pues solamente así podremos ir saliendo poco a poco de tanto fango que nos ahoga.
 

Importantísimo señalar acerca del mínimo número de ocupantes en cada moto, pues la vida de familiares, especialmente niños, es mucho más valiosa que cualquier ahorro. Ojalá que este sea el principio de cambio en torno a la mala educación vial general que a diario demuestran muchos pilotos en general, además de la posibilidad de accionar más fuerte contra delincuentes que hacen de las suyas con tanta libertad.

Creímos inadecuado que los motoristas manejaran solamente sobre el carril derecho, por no tener suficiente espacio, utilizado por pilotos de buses y usuarios para abordaje y descenso; no poder virar hacia la izquierda, pues depende del trayecto de cada piloto y no permitir rebasar porque la velocidad de motoristas es mayor que la de choferes de vehículos grandes. El color del chaleco no importa, pero sí su fácil visibilidad y evitar cambios, por economía. El valor de la multa es cuestionable, pues si se respeta la ley, cuál es el temor.

Urgente aplicar reformas a otros reglamentos del transporte en general. Sabido es que tantos choferes del sistema colectivo urbano y extraurbano tiñen de sangre calles y carreteras constantemente, al conducir bajo efectos de licor o drogas, a excesiva velocidad, rebasando en curvas o peleando pasaje, sin que autoridad alguna erradique tan grave intolerancia que data de hace muchos años. Los infractores confían en que huyendo evaden responsabilidad, si son capturados y consignados a los tribunales recobran su libertad en pocos días, sus licencias nunca son canceladas y las víctimas reciben indemnización, no siempre, pero de sus patronos.

También los pilotos de picop de carga, no de transporte colectivo, según la reglamentación de tránsito, cuyas tragedias impactan en pasajeros y familiares. Traileros que cubren agotadoras jornadas de día, noche y madrugada, cumpliendo injustos horarios exigidos por sus jefes. Motoristas corredores a extremas velocidades en diversas rutas los fines de semana, además de burlarse de policías y soldados en puestos de registro, ejemplo, ruta Interamericana, San Lucas Sacatepéquez. Taxistas, mototaxistas, motoristas que reparten alimentos y muchos que manejan sus propios vehículos, todos extremadamente locos.

La gobernabilidad no debe ser tímida. Policías, fiscales y jueces deben cumplir con su función, actuar con rigor al amparo de la ley. Imponer remisiones, erradicar mordidas, cancelar licenciadas y detectar regaladas o compradas, supervisar escuelas de automovilismo, descubrir pilotos ignorantes de reglas mínimas, ejecutar estrictas investigaciones y capturar, procesar y condenar a los responsables.

Publicado el 09 de Septiembre 2013 en www.prensalibre.com por JAIME CÓRDOVA PALACIOS
http://www.prensalibre.com/opinion/Respetemos-leyes_0_989901006.html

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