No compres simulacros

Por donde se cuela el crimen.

El mensaje del Foro Económico Mundial, que elabora el índice de competitividad, sigue siendo claro: sin legalidad ni certeza jurídica y con desborde criminal, no habrá clima de negocios para atraer inversiones ni estimular emprendimientos. No compremos simulacros. La inversión estable y de calidad no está llegando. Viene alguien a ampliar un puerto, pero acude a un banco local para financiar la operación. Viene otro a comprar una heladería ya instalada, que alguien más está vendiendo. ¿Qué hay de nuevo? ¿Dónde está el capital fresco?

Por ahora unos pocos siguen obteniendo utilidades obscenas y creciendo a velocidad de vértigo, que no corresponde a la realidad. Esta es una economía de primer piso que, naturalmente, no crea hipermillonarios, o los crea pero a un enorme costo. La extrema desigualdad es el mayor obstáculo del desarrollo y la estabilidad, y enturbia el clima de negocios. Genera un desorden demasiado grande fuera del ascensor social que acaba contaminando las vías normales. Así, la línea entre legalidad e ilegalidad, entre corrupción y honradez es tan tenue, que se vuelve corrediza a conveniencia.

El capital especulativo sigue volando alto, pero con alas cortas. A medida que las tasas de interés se recuperen en los países estables, los capitales emprenderán el vuelo hasta un próximo invierno financiero. Acá se anticipa sequía de la abundante fuente de liquidez, las remesas familiares. La reforma migratoria abrirá un horizonte de estabilidad: compra de casas a largo plazo, muebles, vehículos, educación, seguro médico, pago efectivo de impuestos, etcétera. Son las implicaciones de la ciudadanía. Incluso el mercado de las drogas ilícitas irá sufriendo alteraciones drásticas en la próxima década, y quizá más rápidas de lo previsto, con lo cual esos flujos de liquidez también disminuirán.

Entre tanto el empleo de calidad está cayendo, la competencia sigue distorsionada por el tráfico de influencias, los precios básicos al alza, el dinero caro y la pobreza en aumento. La política no transmite señales positivas. El caos comienza a invadir ese campo y las tensiones irán en aumento. El escenario se intrinca por las pegajosas telarañas ideológicas que impiden aprovechar y potenciar las escasas oportunidades, como la CICIG o una Fiscal General independiente. Necesitamos a las elites conservadoras y liberales con sentido de Estado para que se hagan cargo de la gestión pública. Mientras sigamos ahuyentándolas con tanta retórica anacrónica, que es por donde se cuela el crimen, peor nos irá.

Publicado el 09 de Septiembre 2013 en www.elperiodico.com.gt por EDGAR GUTIÉRREZ
http://www.elperiodico.com.gt/es/20130909/opinion/234180/

 

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