Para atrás como el cangrejo

Según el Informe Global de Competitividad 2013-2014, dado a conocer a mediados de esta semana en Ginebra, Suiza, por el Foro Económico Mundial, Guatemala bajó tres puestos en el índice de competitividad al pasar del 83 al 86.

Atendiendo a dicho informe, en el último año Guatemala mejoró la transparencia en la formulación de políticas, la penetración de telefonía celular y la disponibilidad de personal capacitado. También se reconocen ventajas competitivas como las bajas restricciones al comercio internacional, buenas relaciones laborales, disponibilidad de servicios financieros, absorción tecnológica y la disponibilidad y calidad de los proveedores locales.

No obstante, de acuerdo con ese informe, nuestro país tiene asignaturas pendientes como mejorar el uso de fondos públicos, una mayor credibilidad en el sistema político, mayor seguridad y credibilidad de la Policía, así como una mejor calidad de la educación. Además, se recomienda incrementar la penetración de Internet (que es bastante baja) y la calidad de las instituciones de investigación.

Entre los factores más críticos y problemáticos para hacer negocios en Guatemala se señalan la seguridad (solo Guatemala en América Central presenta este factor de riesgo en el primer lugar), la corrupción, la burocracia, la infraestructura y las regulaciones fiscales.

Respecto de otros países de la región centroamericana, en el referido informe se ubica a Panamá en el puesto 40 y en el segundo de América Latina. Costa Rica mejoró su posición y es el 54, en tanto que Nicaragua subió hasta el puesto 99 y El Salvador ascendió al 97. Honduras, al igual que Guatemala, retrocedió 21 escalones y cayó del 90 al 111.

Sin duda, el clima de negocios no mejora fundamentalmente porque el país está sumido en la violencia, la corrupción, el despilfarro, la ineptitud, las regulaciones fiscales antieconómicas y la ausencia de inversión sana, transparente y productiva en seguridad jurídica, educación, salud e infraestructura física.

Lamentablemente, no hay visos de que la situación cambie para bien, porque nuestra “clase política” y sus financistas solo piensan en el botín, en el saqueo, y no en mejorar las condiciones de vida de la población. Empero, merecido lo tenemos, porque no somos capaces ni de indignarnos.