Según muchos, esos enormes períodos en los que el Congreso de la República pasa sin aprobar decretos son considerados más provechosos para el país, por mucho que la operación de ese Organismo del Estado sea muy onerosa. Sin embargo, al analizarlo con toda la seriedad del caso, es necesario que se legisle positivamente.
Esta semana, los diputados dieron una muestra de lo que se puede hacer cuando se anteponen otros intereses, y no necesariamente los personales o partidistas, aunque todavía debemos esperar a que desde el Organismo Judicial se confirme la legalidad de lo actuado.
El caso es que, mientras los congresistas todavía se ponían de acuerdo para hallar la forma de arrancar la sesión, en plena zona 9 capitalina, hombres armados atacaban a balazos a un joven empresario, a quien intentaron despojar de su teléfono móvil. Con o sin casco y chaleco naranja.
Sin embargo, no contaban con que la joven víctima, como tantas otras cada vez más lo hacen, estaba armada y se defendió con cauda de atacante y atacado con heridas de armas de fuego.
Ese caso es uno entre muchos, y regularmente los responsables entran en las prisiones y salen como si de visitantes distinguidos se tratara, porque las medidas sustitutivas, ya se ve, se le otorgan a cualquiera, sin importar mucho la aberración de los actos por los cuales se les juzga.
Y cuando los diputados aprobaron la reforma al Código Procesal Penal, que impide favorecer con fianzas a quienes reinciden en el delito de portación ilegal de armas de fuego, probablemente le salvaron a futuro la vida a más de algún ciudadano que no será atacado por un delincuente armado, libre en las calles porque se benefició con una medida sustitutiva.
Porque ha sido una constante que muchos delincuentes, regularmente pandilleros sin ningún escrúpulo, se presenten ante los jueces con antecedentes de 10, 15 y hasta 20 ingresos en prisión, luego de lo cual ya pueden presumir de 11, 16 y 21 liberaciones.
Lo que debe tomarse muy en cuenta, es que esa violencia generalizada, que nos pone pistoleros en todo el país, no corresponde detenerla solo a las autoridades, o a los propios ciudadanos dispuestos a defender su vida y sus bienes. También es una responsabilidad legislativa.
No podemos tampoco ser ingenuos de profesión y pensar que 158 diputados sirven para darle vida a un cambio de un artículo de una ley cada seis meses. Pero lo ocurrido es propicio para reflexionar en la necesidad de que nadie puede quedarse atrás.
Publicado el 05 de Septiembre 2013 en www.prensalibre.com por Editorial Siglo 21 http://www.s21.com.gt/editorial/2013/09/05/diputados-despertaron-letargo-laboral
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