Falta una política que norme la deuda pública

Dos sugerencias de Barquín: que la deuda no sobrepase el 28% del PIB y que no sea más del 2.3% de los ingresos

El presidente del Banco de Guatemala, Édgar Barquín, habla de los aspectos mínimos que debiera contener una política pública de endeudamiento, así como advierte de severas consecuencias a mediano plazo si se no se actúa al respecto. Expone que es necesario atacar problemas específicos como la defraudación tributaria y llama a los sectores sociales a sentar las bases para definir una visión única de país que sea sostenible en el tiempo.

¿Cuál es el panorama respecto de la deuda?

Lamentablemente el país carece de una política en materia de endeudamiento público. Los gobiernos de los últimos 25 años han venido endeudando a la Nación de acuerdo a lo que requieren para el próximo año y no han tenido de base una perspectiva de mediano y largo plazo. Una política de endeudamiento permitiría que en los próximos años el presupuesto resulte balanceado, con un déficit fiscal razonable y un desenvolvimiento económicamente sano. El compromiso del país es manejable porque aún se está a tiempo de tomar decisiones y generar políticas de Estado que permitan administrar adecuadamente la deuda.

¿Qué debería de contener esta política?

La propuesta debe incluir cuando menos cuatro ejes: cuál sería el techo de la deuda en función del PIB (en mi opinión que no pase el 28%). Debe ser definida en relación con los ingresos fiscales, de manera que no sea mayor de 2.3%; además, que los déficits fiscales no estén arriba del 2.0%, y por último, que el endeudamiento sea para inversión productiva.

Hoy, el Congreso de la República tiene la oportunidad de dotar al país de una política para ordenar la deuda pública y en ese sentido dar las líneas a cualquier gobierno de por dónde debe irse en esta materia. La deuda del país a la fecha asciende al 25% en relación con el PIB y es 2.1 veces los ingresos del Estado, pero es necesario tomar medidas en el corto plazo porque si no, en 10 años se atravesarán problemas severos.

Con una carga tributaria del 11%, como la actual, no se puede avanzar tanto y eso se debe en mucho a la defraudación tributaria, delito que es necesario atacar.

¿Y qué piensa del destino que se le da a la deuda?

En la actualidad la mayoría de los préstamos son destinados para apoyo presupuestario, que es gasto de funcionamiento y otra parte para inversión, pero si se endeuda al país que sea para mejorar la capacidad productiva y la competitividad.

¿Qué pasaría si no se norma la emisión de deuda?

Mantengo y sostengo que hoy por hoy el nivel de deuda es manejable y estamos a tiempo para fincar esas políticas públicas, pero si se sigue endeudando al país al ritmo que se viene, en 10 años el servicio de la deuda será tan grande que al Estado le quedarán menos recursos para atender las obligaciones sociales e inversiones. Hemos dado las ideas a las bancadas del Congreso para que planteen esta iniciativa que permita al país encarrilarse por un endeudamiento sano.

Pero ¿cómo hacer para que el buen nivel de los indicadores que usted nos decribe, se refleje en bienestar social?

Para crecer más el país necesita de más inversión privada. Tuvimos ingresos por Inversión Extranjera Directa (IED) el año pasado por $1,250 millones; este año estará alrededor de los $1,325 millones.

Con ese nivel de ingresos de IED  no podemos crecer más allá del 3.5% . Para ir más lejos se necesita más inversión: hidroeléctricas, carreteras, más minas, petróleo, hoteles; necesitamos esa inversión extranjera que permita generar empleo y crecer más. La pobreza en el país es de 53% y la única forma de combatir la pobreza es generar empleo, pero con bloqueos y problemas políticos la inversión busca otros países.

¿Cómo podemos romper ese círculo vicioso?

Podemos romperlo solo si todos los sectores nos juntamos, dialogamos, buscamos consenso y proyectamos juntos el sector privado, sector empresarial, laboral, civil, más el Gobierno, y decidimos sobre políticas para tener la misma visión de país. El problema es que cada quien tiene su propia visión de país. Por un lado, hay un grupo o sectores que no quieren minería; por otro, los que la quieren; entonces, lo que pasa es que el inversionista dice “ahí no voy”, porque hay conflicto.

¿Qué se puede hacer entonces?

Hagamos lo que está haciendo Nicaragua que sentó a la mesa a todos los sectores de la sociedad, se pusieron de acuerdo y están atrayendo a la inversión. Creo que los guatemaltecos no hemos tenido la suficiente madurez como para podernos sentar y buscar una misma visión de país que nos lleve a derroteros que nos permitan generar condiciones para atraer esa inversión y para que el inversionista guatemalteco siga confiando en el país y siga invirtiendo. Reitero, la única forma de salir de la pobreza y crecer más es generando empleo y atrayendo inversión, no hay otra forma.

¿Cómo afecta el secreto bancario?

La SAT en este momento no tiene contra qué cruzar la información. Aquí se pagan impuestos por el monto que se quiere pagar. La SAT audita lo registrado en libros contables. Pero si pudiera cruzar esos datos con los flujos bancarios, probablemente encontraría hallazgos importantes, como por ejemplo que hubo ingresos de un millón, pero hay movimientos bancarios por Q5 millones. Entonces, en esos casos, la SAT podría pedir explicaciones por esas diferencias.

Es necesario, si queremos propiciar la transparencia en el país, dar una herramienta eficaz a la Administración Tributaria para que pueda hacer un trabajo mucho más efectivo. Aparte de la efectividad que debe tener la administración tributaria, un flagelo que tenemos es el fenómeno de la evasión. No solo lo decimos nosotros, sino que un estudio del BID que indica que los niveles de evasión en el país son altos.

¿De cuánto es la evasión?

Hay algunos porcentajes que el BID ofrece. Esta entidad reporta que de IVA se evade un 38%; del ISR a las empresas, un 64%, y del ISR a las personas, un 70%

Si no queremos endeudar al país, todos los guatemaltecos tenemos que hacer el esfuerzo de hacer las contribuciones y pagar nuestros impuestos. Por supuesto, tenemos que exigir que también el Gobierno los administre adecuadamente, dando prioridad para que el gasto vaya a donde deba ir y que actúe con total transparencia.

Insisto en que falta un instrumento fundamental que es la excepción al secreto bancario. En Estados Unidos, la misma Administración Tributaria tiene acceso directo a la información bancaria, ni siquiera pide permiso. La mayoría de países de Latinoamérica la tiene; nosotros nos estamos quedando en ese tema y corremos el riesgo de ser sancionados por la OCDE.

¿Pero pareciera que algunos sectores no quisieran esa ley?

El sector financiero está de acuerdo. En la banca hay mucha transparencia porque hay supervisión férrea de la Superintendencia de Bancos y ellos opinan que si hay una ley que les mande dar la información a la administración tributaria, pues están dispuestos a ofrecerla.

Entendería que el sector empresarial estaría de acuerdo siempre y cuando se cumpla con la seguridad de información, porque a ellos también les conviene. El tema del contrabando afecta la actividad económica, afecta a los buenos empresarios que en mi opinión, hay muchos más buenos que malos.

Quien esté evadiendo al fisco por contrabando no solo le hace un daño al Estado mismo, sino que le hace daño a los demás empresarios porque hay una competencia desleal, no ayuda a la actividad económica.

Publicado el 03 de Septiembre 2013 en www.s21.com.gt por Joel Maldonado
http://www.s21.com.gt/pulso/2013/09/02/falta-una-politica-que-norme-deuda-publica

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