Seremos responsables de poner en juego nuestra democracia.
Han pasado 30 años desde que el Decreto Ley 30-83 dio origen al Tribunal Supremo Electoral. Aunque nos hemos alejado de aquella institución respetada que presidió don Arturo Herbruger Asturias, el TSE sigue siendo uno de los pilares que sostiene nuestra democracia en pie. Si nos olvidamos de él, nuestra democracia la estaremos poniendo en riesgo.
Dentro de poco iniciará el proceso de elección de los magistrados que integrarán el próximo pleno del TSE. Dado el ciclo de elección de los magistrados, el próximo TSE estará en funciones durante dos elecciones, por lo cual debemos prestarle atención particular.
El proceso inicia con la integración de la Comisión de Postulación. Aquí aparecen varios de los actores políticos usuales, como el Rector y el Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Usac. También la integran un representante de los rectores y un representante de los decanos de las facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales de las universidades privadas. El quinteto lo completa un representante del Colegio de Abogados, organización que ya sabemos la controlan personajes siniestros con diversos intereses.
La comisión recibirá currículos y analizará los requerimientos que exige la ley. Estos incluyen el ya famoso término “ser de reconocida honorabilidad”, así como “no tener historial de corrupción”. De los currículos recibidos, la Comisión pasará un listado de 40 candidatos al Congreso de la República, quien elegirá con el voto favorable de dos terceras partes a los cinco titulares y cinco suplentes que integrarán el TSE. Como sociedad constantemente hablamos de la debilidad de los partidos políticos en nuestro país. Pues es aquí donde todo inicia.
Hasta no tener una Ley Electoral y de Partidos Políticos reformada y fortalecida, tenemos que operar con la actual. Así que lo único que nos queda es fortalecer la institución eligiendo las mejores personas para el cargo, que velen por la debida inscripción y mantenimiento de los partidos políticos, y no permitan que los vehículos electoreros sean la norma.
Personas que apliquen las normas limitando el actuar de los partidos y candidatos, especialmente en sus “pre-campañas”. Personas que velen por depurar el padrón electoral y así no volver a hablar de “acarreos” a nivel municipal. En fin, de personas sin afiliación partidaria, de la mayor capacidad técnica y con la integridad que el cargo requiere.
Como ciudadanos es nuestra responsabilidad velar porque ese proceso elija a personas de este nivel o seremos los responsables de poner en juego nuestra democracia.
Publicado el 29 de Agosto 2013 en www.elperiodico.com.gt por Salvador Biguria http://elperiodico.com.gt/es/20130829/opinion/233621/
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