Cuando el dinero apesta

“Nadie piensa, donde todos lucran; nadie sueña, donde todos tragan”. José Ingenieros

No hay un solo día, en el que entremezcladas, leamos noticias sobre asesinatos, y actos de corrupción, desde la cúspide de la pirámide del poder, hasta el último de sus achichincles, se ha convertido en una costumbre “aceptada” entre los mismos,

El cambio de estatus económico de quienes son parte de la función pública en Guatemala, mientras cada cuatro años, surgen “nuevos ricos”,  en los hospitales no hay medicinas, los niños mueren de desnutrición, a  las escuelas no llega la refacción escolar, menos pupitres y útiles, pero, los “negocios” del  grupo en turno, cada día son más descarados, bajo la premisa de que “o es hoy o nunca”, se condena al carterista, y se privilegia al corrupto que roba no solamente el dinero del pueblo, roba principalmente la ilusión de cambio de un país, cuya historia desde la conquista ha estado plagada de robos tanto de quienes han ejercido el poder económico, como en la actualidad el poder político, ¿La diferencia entre unos y los otros? Solamente la forma en que han destruido el futuro del país, y no existe a mi criterio crimen más grande que matar la posibilidad de cambio en una sociedad, de suyo golpeada como la nuestra.
La danza de millones cada día es más grande, pareciera que sienten que el tiempo no les alcanza, para robarse hasta el aire que respiramos, mientras caminamos por la vida tratando de sobrevivir, con cada día más cortinas de humo, que logran desviar la mirada hacía problemas muchas veces inexistentes, los verdaderos pasan aparentemente desapercibidos, pero no es así, no se puede engañar a todo el mundo, todo el tiempo, se logrará alimentar el morbo de muchos, pero no se puede jugar con la inteligencia de todos, y, a menos de la mitad del ejercicio del poder del actual régimen, ya no pueden tapar el sol ni con la mano completa, no debemos permitir que el país se siga desangrando  literalmente, ya que los cuerpos  de los inocentes llenan diariamente las tumbas de los cementerios,  sino que el dinero que no es propio y que se ha entregado en custodia para su redistribución en la población en general, llena los bolsillos de unos pocos, y oh igualdad, de unas pocas también, como muchos seres humanos, no creo en las diferencias por género, creo sinceramente que hombres, mujeres, y quienes tienen inclinaciones sexuales  hacía su mismo sexo, somos iguales en derechos y obligaciones, pero las obligaciones de quienes ejercen, y me atrevería a decir que un 90% de quienes han ejercido el poder, lo han hecho para su propio beneficio, burlándose de su juramento ante una Constitución cada días más degradada.
El dinero obtenido, del sudor de quienes sí pagan sus impuestos, y robado de quienes levitan por la vida esperando justicia económica, no solamente apesta, debería quemar las manos de quienes se apropian de él.
Coincidentemente aparece una nota periodística, que informa que un ex alcalde chino reconoce malversación de fondos en contubernio con su esposa, la que fue condenada a la pena capital por la muerte de un empresario británico, esa noticia que ha conmocionado a la sociedad china, trae a la mente el caso Rosenberg, que conmocionó al mundo, sin embargo acá no pasó de convertirse en circo mediático, estúpidamente dirigido por Castresana, ya que con su hipótesis, aplaudida por sus huestes, el caso como en una película de humor negro, quedó solucionado, pero nunca se aclararon las variables del caso, como ¿Por qué no se investigaron las denuncias realizadas antes de morir? Porque existirían, y existen muchos intereses y dinero de por medio, por lo tanto todo el dinero mal habido apesta, y quienes lo tienen, aunque se llenen el cuerpo de los perfumes más caros el mal olor está en ellos.

Publicado el 27 de Agosto 2013 en www.lahora.com.gt por Gladys Monterroso 
http://www.lahora.com.gt/index.php/opinion/opinion/columnas/182823-cuando-el-dinero-apesta

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