La indiferencia al tiempo perdido

Lasreformas se siguen postergando, el tiempo hará crecerla distancia.

Nuestras sociedades no valoran suficiente ni los medios de comunicación reflejan adecuadamente el costo inmenso que tiene el tiempo perdido, el gasto mal utilizado, las oportunidades desperdiciadas y la indiferencia hacia los temas importantes. Es uno de los males de nuestro tiempo, la excesiva atención a lo noticioso y la gran indiferencia hacia lo sustancioso. En otras palabras, la persecución de lo efímero y la poca atención a lo trascendente para el ser humano, especialmente para los jóvenes.

En nuestro caso, Guatemala, es más importante el despliegue noticioso sobre el escaso trabajo legislativo en el Congreso que el costo del tiempo perdido en la batalla nacional contra la desnutrición, que implica para gran parte de las niñas y niños que antes de iniciar su educación primaria ya han visto reducido su potencial de desarrollo intelectual en más de la mitad. Sus capacidades han sido limitadas para todo el resto de sus vidas.

En cuanto al gasto mal utilizado, leemos o escuchamos diariamente de casos de compras sin licitaciones, de sobreprecios, de falta de transparencia o gastos injustificables en viajes o viáticos. Son noticias recurrentes. Por otra parte, no se discute a profundidad la composición global del gasto público anual que alcanza los Q60 mil millones y que presentado en otra forma son Q4 mil por cada persona al año, cifra comparable con el mínimo necesario por persona para evitar la pobreza extrema. Un 15 por ciento del presupuesto dirigido, sin intermediarios, a los más pobres, tendría un efecto increíble. No se propone iniciar la elaboración del presupuesto a partir de las necesidades más sentidas, y modificar las arbitrariedades reflejadas en la Constitución y otras leyes ordinarias.

Las oportunidades desperdiciadas son otro elemento importante. La necesidad de reformas, las vistas con displicencia son temas críticos de cara al futuro. Cuántas vidas se requieren perder para modificar la ley y combatir efectivamente el robo de celulares. Cuántos jóvenes deben salir mal preparados de las escuelas y colegios para que apoyemos la reforma educativa de fondo. Cuáles son los niveles que debe alcanzar la deuda flotante para detener el abuso y la ilegalidad de esta práctica. Cuánta inversión privada debe salir del país para aceptar la necesidad de flexibilizar el código laboral. En cada caso, el enfoque es hacia los hechos noticiosos de corto plazo, sin profundizar en las implicaciones de largo plazo.

La indiferencia de cara al futuro es el elemento que se repite. El presente nos atrapa con sus luces, dramas y ofertas. Nos deslumbran noticias sobre hechos acontecidos a miles de kilómetros de distancia. El costo del tiempo perdido, sin embargo, no logra espacio en nuestro apretado correr y correr, por lo que las reformas se siguen postergando y mientras se posterguen, el tiempo hará crecer la distancia requerida para alcanzar los cambios que hacen la diferencia.

Publicado el 26 de Agosto 2013 en www.elperiodico.com.gt por RICHARD AITKENHEAD CASTILLO
http://www.elperiodico.com.gt/es/20130826/opinion/233399/

 

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