En materia del gasto público la situación es todavía más grave. El Pacto Fiscal establecía que “las prioridades básicas de gasto público… dado un contexto de recursos escasos y de necesidades insatisfechas… deberá canalizarse de acuerdo con prioridades claras”. Prioridades que, claro está, no deberían tener relación alguna con las prioridades político-electorales del gobierno de turno. En su segundo principio en materia de gasto público el Pacto Fiscal establecía nítidamente que el gasto público “debe enmarcarse dentro de una visión de desarrollo de largo plazo, como parte de un proyecto compartido de Nación, para lo cual debe obedecer a criterios de progresividad, solidaridad y equidad”. Si la situación en materia de balance fiscal es mala, en materia de gasto es aún peor. El proyecto de presupuesto público refleja cualquier cosa, sobre todo los intereses de las principales fuerzas políticas y de sus aliados, nunca los intereses de la nación o una visión de desarrollo compartida por todos. Lo más grave de todo es que, conforme pasa el tiempo, cada vez nos alejamos más de las buenas prácticas que alguna vez pudimos consensuar.
Publicado el 22 de noviembre de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Editorial El Periódico http://www.elperiodico.com.gt/es/20141122/opinion/5210/Un-desastre-de-presupuesto.htm
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